La Sombra, By Drako-Konztantyno .´.

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sábado, 24 de septiembre de 2011

Santa Práxedes.




Escondida detras de mis recuerdos, me hallo aquí, alumbrada con la luz de las velas y el tímido tintinear de un candil, el cual fenece como mis sueños más bellos e inocentes, que albergué algún día en mi corazón.

_ Un suave licor, envenena mis ganas suprimidas por el distanciamiento emocional de quien fuera el gran amor de mi vida, pero el cual también me ancla a la cordura, porque ya ni siquiera mi antaña locura me inspira ni me da la confianza de vivir en paz...

_ Un poco más y terminarán este tortuoso momento de recordar mis mejores ayeres. Y eso porque pronto amanecerá y cesarán mis ganas de seguir aferrada a mis nostalgias y a las alegrías de vidas antañas.

_ El canto destrozado de una anciana musa, que con el humo de su puro transmuta las letras de amargura en cantos celestiales que le llevan a uno el alma. Me hacen recordar aquellas noches en vilo en las que esperaba absurdamente que tocases mi cuerpo sediento de ti...

_ Triztes recuerdos que no me matan en vida, pero que matan los deseos de seguir viviendo. Cruentas derrotas que no dan para más, que sólo las ganas de tomar un cigarrillo mientras tarareo algunos verzos de don Álvaro Carrillo. Hacen que en mis tormentos, ya no pueda dormir.

_ Ay dolor de mi corazón... Como quisiera seguir la vida de parranda y de bohemia, en las que no me canzaba ni de llorar, y en las que ni siquiera me importaba que se asomara la mañana, siempre y cuando yo estubiera acurrucada entre los brazos del alcohol.

_ Y sin embargo hoy me canso de llorar y de sufrir, acompañada de las luces pálidas de mis recuerdos. De las tristes veladoras que son cómplices de mi amargura y de mi soledad.

_ Quisiera aún tener los años para tomar la parranda, pero en cambio, me encuentro vieja, sola y marchita, desperdiciando mis lágrimas y llorando por ti...


Maldito seas tú que te robaste mi vida, mis esperanzas, mis sueños y mi ilusión,
por el triste anhelo del que pensaba era mi verdadero amor...


Hoy finalmente, aunque maldiga tu existencia y te desee la muerte, no que queda más que simplemente, maldecirme a mí, por no saber huír de lo que no me convenía,
por no escapar de un falso amor que arruinaría mi vida.


Y ensoberbecida por el odio, y la nostalgia de las copas,
seguiré aquí sentada sin la más minima esperanza de que un nuevo sol vuelva a Brillar.


Praxedes, Santa, Virgen, Maritir,
que en vida, mientras verdaderamente vivía la vida, no fue más que una exqusita y estupenda pecadora.



Es Cuanto .´.

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