Quiero emprender el vuelo junto a tu rostro.
Entrelazadas las alas de nuestros tiempos,
soltarnos al viento pidiendo nada,
nada, más que la libertad de un vuelo
que se vuela por el simple deseo de hacerlo.
Libre como la mañana, y decidido como la lluvia,
quiero emprender el viaje que me contenga en los límites de mi locura
y que me mantenga volando el vuelo en la esperanza de una ilusión.
Pero hoy no quiero emprender el viaje
si no es acaso que lo emprendas tú conmigo.
Siempre me sentí ave que perseguía un deseo.
Hoy que soy águila, y que pudiendo volar el más alto vuelo,
he descubierto que te amo tanto, y que no podría
emprender la travesía, de vivir esta vida,
si no estás conmigo, si no te tengo.
Sé que te quiero, y de eso no hay duda,
sólo es que a veces la incertidumbre me abruma,
al no comprender el cómo y por qué, hube decidido amarte,
y es entonces cuando me quiebro durante unos instantes,
cuando mi mente divaga con pensamientos errantes,
al no comprender ni yo mismo mi propia locura
y al tratar de compaginarla con mi estresante cordura.
Pero al vuelo de la mariposa me uno,
que cuando vuela se desquebraja el mundo,
bajo sus alas, bajo mis pies,
bajo los versos de esta clave
que me tienen en encrucijada,
en un enclave,
entre los caminos/ríos desbordados
de mi pobre y tonto,
pasional corazón.
Quise ser águila, y hube deseado volar muy alto,
pero descubrí que este mundo,
tan regio, tan sobreaño,
carecería de encanto,
si es que no me atreviese a disfrutarlo,
sino es cuando te amo,
cuando me besas,
cuando te tomo de la mano.
Hube deseado ser como el halcón,
o brillar al sol como un ave canora,
ser inmortal como la nostalgia de un viejo danzón,
y resplandecer con los magneficentes rayos de la aurora;
pero mi corazón conoció el amor;
pero mi alma descubrió tu amor.
Y desde el momento en que te conozco,
siento en la febrilidad de mi ser,
un sentimiento estridente que no entiendo,
y ayer que por fin he decidido emprender la marcha
y comenzar el vuelo,
siento una nostalgia que me embarga el alma,
y muy determinantemente decidí que te quiero,
que has nacido unido a mi naturaleza,
y que la vida carecería de belleza,
si es que…
mano a mano,
hombro a hombro,
labio a labio,
contigo no me empeño
a recorrer el camino de los astros,
de los dioses.
El sendero que ha sido creado
para que volemos juntos
unidos en el palpitar de un solo corazón.
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