De Doce Cuentos Peregrinos.
Gabriel García Márquez.
¡Rayos!
Un final inesperado, ciertamente.
¿Quién hubiera imaginado un desenlace de ese calibre, cuando se logra una asociación tan directa con el protagonista?
Se trata de una historia que envuelve al lector, lo seduce. La narrativa tan detallada de García Márquez, es cautivante. Me fascina como describe escenarios y situaciones. Creo que esa es la característica particular de él. La historia, la tierna historia de un romance clásico, tan sabido, tan estereotípico, tan occidentalmente idealizado. Un par de jóvenes y bellos que tienen un alocado romance que termina, y vaya que literalmente termina, en la luna de miel.
_ Uno podría intuirse que algo extraño está sucediendo con Nena Daconte. Sin embargo la desgracia de Billy González es tan fuerte y tan sentida que me resulta prácticamente imposible no empatizar con él. Pese a que la cuasa de la muerte, me resulta fantasiosa y caprichosa la causa de la muerte de Nena; el pinchazo de la espina de una rosa. Lejos de eso, creo que la obra se aleja un poco del realismo fantástico para adentrarse en los lúgubres y anegados pantanos del surrealismo.
_ La obra se torna profundamente psicológica conforme Nena y Billy van ingresando en terreno francés rumbo a París. Y se vuelca completamente hacia el pensamiento y las emociones de Billy cuando deja a Nena en el corredor del hospital...
Respecto a la subjetividad, esta puede abordarse desde distintos puntos en la progresión de la historia. Desde el momento alocado y pasional en el que Nena y Billy se conocen, y empieza el autor a describir las personalidades de ambos, y el cambio conductual que implica para Billy conocer a Nena, y cómo esta descubre y le descubre su parte "sensible" en él; e incluso en los niveles de percepción tan dispares en ambos, y que vienen implícitos en su personalidad.
__ Sin embargo, considero que la parte más analizable para este caso es sobre los acontecimientos finales. Cuando uno por fin se da cuenta cómo se desarrollaron los hechos.
De entrada, tenemos la dificultad del lenguaje. Billy se encontraba solo en un mar de gente. Aislado. Lo cual me recuerda un pasaje de El Principito en el que el zorro le dice que aún rodeados de gente, generalmente nos encontramos solos. Esto me lleva a reflexionar sobre "el problema ontológico de la soledad" que nos remetiría a la obra de Octabio Paz, El Laberinto de la Soledad, y de ahí a la obra de la Psicología del Mexicano, para redundar finalmente a una obra que desmascara estos problemas de la inutilidad del esfuerzo humano en la lucha contra lo que le acontece...
-- Y así, podríamos tener una profunda y larga reflexión filosófica y existencialista sobre qué es en realidad el hombre...
¿Una invención a caso?
¿Una ilusión cargada de perspectivas?
¿Es el hombre a caso, y tan solo solamente eso, una maraña de experiencias sensuales que le llevan a tratar de decodificar un medio que le resulta hostil?
¿Un constructo social, cultural, "civilizatorio" que no hace más que profundizar su arraigue en un mar de soledad?
¿Es a caso el espejismo de una unidad que batalla en contra de un sinnúmero de circunstancias, la mayoría no deseadas, no provocadas, sino más bien impuestas, ya sea por la causalidad, o quizás por el monstruoso aparato que en colectividad se construyó con la finalidad de "facilitar" o "sofisticar" la convivencia humana, pero que lejos de eso se entreteje como una maraña de la que difícilmente se puede escapar. En la que uno es arrojado en el nacimiento como mosca a la telaraña, y que mientras más se trate de escapar, más se enreda y atrapado queda...
_ Difícil pues resulta, y amarga también, la experiencia de Billy González, a quien una vida de brabuconería, de barreras mentales autoimpuestas para tratar de defenderse del medio. Un ser poco consciente de su soledad, de su vacío existencial, de una oquedad profunda de afectos. Que, finalmente conoce las lides del amor, en una delicada jovencita que lo llena de un romántico y pasional amor. Debe enfrentarse a la lucha consigo-mismo para darse cuenta que al salir de lo recondito de su miseria, no logrará encontrarse más que con una brutal y absoluta realidad, la cual ahora sí, sin relativismos ni ambiguedades, brutalmente le escupe en la cara, cuando despierta del marasmo de sus sueños...
Es cuanto.'.
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