La Sombra, By Drako-Konztantyno .´.

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miércoles, 21 de diciembre de 2011

El TELETÓN lo hacen los jodidos como tú.

Sobre cómo la gente pendeja (perdón, quise decir ignorante) paga lo impuestos de otros.

Alguna vez ha ido a usted al supermercado, o a las cadenas de minisúperes y con un inocente, casi dulce y lastimero gesto le han pedido “redondear sus centavos”. Ya sea para el TELETÓN, para UN KILO DE AYUDA, para el programa de “computadoras para las escuelas”, para la educación, o para cualquier otra “obra de caridad” (que no lo dudo que lo sean, el problema es que se aprovechan de usted que dice que sí, ya que les está haciendo un grandísimo favor a los de por sí archirriquísimos empresarios).

¿Pero cómo le hacen para verle a usted la cara de pendejo???
_______ Se estará preguntando.


Mire, se lo voy a tratar de explicárselo lo más claramente que me sea posible.

Cada vez que usted toma la “inteligentísima” decisión de redondear sus centavos. Lo que está haciendo es regalarle dinero a la empresa y/o transnacional a la cual usted “sabia e inteligentemente” decide dárselos.

_La empresa se pasa todo un año juntando ese dinero [que muy probablemente a usted le sobra, ya que lo anda regalando para que gente mucho más rica que usted, y evidentemente muchísimo más inteligente lo use para pagar sus impuestos, y con esa cantidad que se ahorra, sea mucho más rica] que usted le regala por medio de ese famoso “redondeo”, y lo acumula. Ya que se viene el fin de año (y mientras la gente está idiotizada haciendo compras inescrupulosas y haciendo un mal uso de sus paupérrimas economías de trabajadores mexicanos jodidos) rompen el cochinito, que usted les hizo el favor de llenar, y esos centavitos que usted estuvo regalando durante todo un año, se han convertido en millones y millones de pesos, ya que usted no ha sido el único pendejo (perdón quise decir crédulo-inocente) que anda regalándole su dinero a la gente millonaria, sino que al igual que usted, hay otros tantos millones de pendejos que les gusta regalar su dinero (que me imagino les ha de estar sobrando como para andar regalándolo).

_Entonces, las empresas y los empresarios, a fin de año, se levantan el cuello haciendo regalos y donaciones a estas “obras de beneficencia” (si es que en verdad lo donan, a mi no me consta ¿a usted sí “inteligente” redondeador?). Y ya que se venga el mes de enero y haya que justificar gastos, ingresos y pagar impuestos, esas cantidades de dinero que donaron a “obras benéficas”, como el TELETÓN por ejemplo, el fisco (Hacienda) se los descontará de la cantidad total de impuestos que deberían de pagar…



¡Ah, y disculpen! Casi se me olvida decirles que lo mismo hacen los bancos, cuando usted va al cajero y le piden que done (estos son más cabrones porque no se conforman con menos de cinco pesos) a beneficencias como: Bécalos [1], apoyos para la vivienda (lo cual por cierto es responsabilidad del gobierno federal), computadoras para llevárselas a los niños de las Sierras Mixteca y Tarahumara (donde por cierto no ha llegado la electricidad), o para esa fundación que les regala lentes a los niños virolos la cual honestamente no recuerdo cómo se llama.

_Sólo que déjeme decirle que los bancos no le están viendo la cara de pendejo cuando usted decide donar, no. ¡Le están mentando su madre! Porque no hay nada más asqueroso y grotesco en este maldito mundo materialista, ni nada más cancerígeno y virulento para la economía de jodidos, pendejos, y mexicanos en general, que los malditos bancos sanguinarios, rapaces, y voraces. Esos de verdad que se pudren en dinero (dinero que obtienen de la explotación de sus trabajadores y de la pendejez de sus “clientes”, o mejor dicho, esclavos ambulantes).


Ahora permítanme compartirles una bonita reflexión personal:

Los bancos y los banqueros son al mexicano de hoy, lo que haciendas y hacendados fueron para el mexicano de hace un siglo. Sólo que potencializados ¿al 10, al 100, ó quizás al 1,000? (eso no sabría decírselos con exactitud, pero puede usted preguntárselo a cualquier persona que este endeudado por un crédito bancario).


Y lo peor de todo, es que nadie se está dando cuenta…





¡Qué chingones son los, ricos no cree???


¡Y qué pendejo es usted!!!

______ Le ven la cara y manipulan su sentimentalismo y su pendejez (perdón, quise decir sus buenas intenciones).




Algunas sugerencias de este loco que algunos tiran de a pendejo…

1. Si usted es de esos que les sobra el dinero como para andarlo regalando. Haga la caridad usted, directamente, en donde a usted le conste que no le están viendo la cara de pendejo. A mí, por ejemplo, me dan mucha tristeza esos pobres niños del Ejército de Salvación y de Ministerios de Amor, que siempre los traen bien andrajocitos y mal comidos. Regáleles comida, regáleles ropa, porque nunca falta algún vivo que se haga el pendejo a la hora de manejar recursos económicos que no son suyos (como lo políticos por ejemplo).

2. Mire, le voy a decir una cosa. No sea tan pendejo. Vivimos en un país, no voy a decir de contrastes, sino más bien de polos opuestos. Y lo más probable es que usted que está leyendo esto sea un pobretón jodido, o un estudiante hijo de pobretones jodidos que se tienen que partir diariamente la madre trabajando, para medio sobrevivir.

Le repito, no sea pendejo, ahorre. La verdad usted no está como para andar regalando el dinero. Creo que todos los mexicanos, dentro de nuestra más guajira fantasía y en nuestros sueños de cuentos de hadas mentales, nos creemos ricos; o mejor dicho, nos creamos el complejo de ricos. Este complejo es proporcional al rango de mediocridad de quien lo padece. Y nos hace creer que somos tan chingones que andamos por la vida haciéndole el feo a los centavos. Ya sea regalándoselos a los millonarios (quienes sí conocen realmente el verdadero valor del dinero; porque por algo se hicieron ricos, ¿no cree? aunque sea por andar viéndole la cara de pendejo a los pobres que se creen ricos). Ya sea haciéndole el “fuchi” a las moneditas que ven tiradas (aunque déjenme decirles que algunos no las recogen porque les estorban sus panzotas y prefieren evitar la fatiga). Ya sea tirando las moneditas de centavos. Sí leyó usted bien: TIRANDO. Hay gente tan enferma en eso de creerse rica, que hasta tira los centavos. ¡Me consta!

3. Este consejo es la suma de los anteriores. Si genuinamente quiere usted hacer caridad ¡Hágala con usted mismo!; ¿A´Chingá cómo está eso? Se ha de estar preguntando haciendo cara de huevo tibio. Sencillo. Junte sus centavitos, y de preferencia cuando sean bastantitos, métalos en una cuenta bancaria (de débito, de inversión, o incluso de cetes) y déselas a un viejito al cual le van a hacer mucha falta: ¡¡¡USTED!!!

¡Ahorre para su retiro! Así por lo menos se ahorrará la vergüenza de andarlos pidiendo en la calle. Y mire que le doy este buen consejo porque nadie tiene la vida comprada, y muchísimo menos una pensión asegurada (y si la llegara a tener, le aseguro, será miserable, risible, paupérrima).

Con estos políticos mierdas que usaron el dinero del ISSTE y el IMSS como les dio su rechingadísima gana (el cual ya se gastaron dejando a estas instituciones en la quiebra, encharcadas, embaucadas, y comprometido el sistema de pensiones de sus afiliados) y que han reformado la legislación aboral en distintas ocasiones con modificaciones que no hacen más que darle y darle en la madre a la economía del jodido (y favorecer a empresarios millonarios, y a bancos y a banqueros obscenamente multimillonarios) . Creo que lo mejor será que usted se preocupe un poco más (o mejor dicho, muchísimo más) por su vejez.

4. O ya si de plano no lo convencen los primeros tres. Puede usted hacer una muy buena obra donando ese dinero que usted ya no quiere, o que le sobra, y ayudar a que el que escribe estas líneas continúe estudiando.

O mínimo se compre un trajecito y de el “gatazo” del estereotipo social de “hombre de bien”, y consiga un empleo mediocre de “hombre en traje”: chofer, cajero, mesero, vendedor de tienda departamental, vendedor de libros, maestrito de escuela jodida (es bastante curioso ese fenómeno de la correspondencia proporcional de; lo complejo de los uniformes de los profesores con la baja calidad de las escuelas que los exigen), valet parking, chalán de político, burócrata (jajaja, a como están las cosas, brincos diera por ser burócrata), etc…



Por ahora es todo.



Que tengan buen fin de año (si sus economías se lo permiten).


Y por su bien, el de su familia, e incluso el de su país. No sea tan pendejo, y no se deje ver la cara. No haga más ricos a los que de por sí son ricos, y no deje que ellos se burlen de usted.



Es cuanto.’.

Drako-Konztantyno.



1. Yo me pasé toda mi vida solicitando una de estas becas, pero como no me dedico ni a las ciencias ni a la tecnología, me dieron una patada en el trasero: “No joven, esas becas no se las dan a peligrosos librepensantes como usted”, “Sólo se las damos a otros potenciales empresarios en etapa larvaria que al igual que nosotros se dedicarán algún día a explotar a los jodidos como usted”, “¿A caso usted cree que somos pendejos?; No, pendejo usted al creer que vamos por ahí regalando las becas, y pendejos los que nos creen y los que nos hacen más ricos”…

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