lunes, 5 de diciembre de 2011
Relaciones Sexuales Durante el Embarazo.
Mitos, creencias y tabués.
Durante mucho tiempo, el embarazo, fue considerado prácticamente como una especie de enfermedad discapacitante.
_ Tan sólo basta con escuchar los “consejos” de madres y abuelas, que prestas se hacían escuchar dando sus opiniones sobre lo que debía o no debía hacer una joven embarazada.
_ Desde el sabido consejo de que “hay que comer por dos” y que prácticamente se debe de estar en cama durante todo el embarazo. Hoy no sólo resulta ser poco práctico, sino que a muchos, casi nos parecieran una abominación.
“Que si la mujer embarazada no debe trabajar. Que si no puede hacer ejercicio físico. Que si no debe viajar. Que no debería conducir un automóvil. Que hay que ser sutiles y delicados al estar frente a una mujer embarazada, para evitarles disgustos y ‘emociones fuertes’”… En fin, un sin numero de creencias y mitos arraigados en torno el embarazo.
— ¡Como si todas las embarazadas fueran iguales! ¡Como si todos los embarazos fueran igual! —
_ Sin embargo, hay un especial asunto, el cual sigue generando cierta incomodidad al momento de abordarse. Y aún con toda esa cantaleta de “la mujer liberada, la apertura sexual, y siglo veintiuno” que siempre hace su aparición cada vez que se habla sobre algún “asunto femenino”.
_ Sin embargo, queridos lectores y lectoras, la realidad es otra.
_ Y digan lo que digan…
¡El sexo durante el embarazo continúa siendo un tema tabú!
_ Del cual poco (realmente poco) se habla. Lo cual contribuye a que siga siendo un tema tabú.
_ Y por tabú no me refiero propiamente a que sea un asunto censurado o vetado, sino que más bien resulta que en la práctica, las “parejas embarazadas” continúan sufriendo del terrible mal de la ausencia y espaciación de las relaciones sexuales. Las cuales conforme va avanzando el embarazo, comienzan a hacerse cada vez más, y más esporádicas, o en definitiva se interrumpen. Y lo más delicado de este asunto, es que la mayoría de las veces, esto ocurre “sólo como algo que va prácticamente implícito al embarazo”; sin que la pareja llegue a discutirlo (o sugerirlo) el continuar o no continuar manteniendo relaciones sexuales mientras la mujer está embarazada.
El común lamentable en las parejas mexicanas, es que el hombre se distancie sexualmente de su pareja durante el embarazo.
Hace cosa de cincuenta años, o más, las razones médicas sostenían que se debían de suspender las relaciones sexuales durante el embarazo. Esta opinión fue cambiando progresivamente hasta que muchos doctores determinaron que las relaciones sexuales debían de ser suspendidas cuando el embarazo se hiciera evidente. Es decir, que cuando el abdomen comenzara abultarse. Ya que se consideraba que el sostener relaciones sexuales, cuando el producto ya alcanzaba un considerable tamaño, podía resultar riesgoso tanto para su desarrollo, como para la salud de la madre.
—Aquí cabe hacer un paréntesis para señalar el alto índice de mortandad infantil, mortandad durante el embarazo y de aborto espontáneo que se vivían hace poco más de dos generaciones (hablemos por ejemplo de las épocas en las que las madres de nuestras madres estaban en edades fértiles) —.
Sin embargo, hoy en día, no existe alguna razón médica de peso, para suspender la vida erótico-afectiva de una pareja embarazada
(salvo las excepciones de casos MUY PARTICULARES).
Muchos autores de literatura médica relacionada al campo de la sexualidad: McCary (1988), Javert (1960) Rosen (1980); coinciden en que es recomendable (más nunca obligado) la suspensión de las relaciones sexuales unas seis semanas antes del parto, y esto por razones de que “resulta prácticamente imposible que la mujer se sienta cómoda en alguna postura que permita la penetración vaginal” (y nótese que aquí hace un específico énfasis a la genitalidad, sin tomar en cuenta otras expresiones eróticas que no se limiten a la penetración).
_Por su parte Bing & Colman (1977) tras hacer una investigación sobre la conducta sexual de la mujer embarazada, apuntaron que en la mayoría de los casos, los médicos prescribían la suspensión de las relaciones sexuales entre uno o dos meses antes del parto. Esto porque se tenía la creencia generalizada de que podían provocar un parto prematuro.
_ Sin embargo, cabe señalar, que es muy probable que los autores arriba mencionados, no consideraran el hecho de que una mujer embarazada, se encuentra generalmente más distendida, y apta para la penetración vía vaginal, ya que en los últimos meses, el cuerpo de la mujer se encuentra precisamente preparándose para el parto. A no ser estos autores carecieran de imaginación en cuanto respecta a “ingeniería/imaginería” sexual, debemos rescatar que existen varias posiciones sexuales que permiten una penetración que pudiera resultar muy grata para la mujer embarazada.
— Y hay que destacar el hecho de que nadie consideraba el impacto psicológico positivo que implica el contacto erótico para una mujer embarazada, y para la pareja en general. Lo cual tiende a reforzar ese vínculo de unión que se acrecienta al continuar experimentando de la vida sexualmente activa durante el embarazo—.
La importancia del contacto afectivo.
Otra mentira bastante común, en lo que respecta al embarazo, es que se trata de “la mejor etapa de la vida de una mujer”. Falso. Quien haya estado embarazada, o por lo menos, quien haya convivido con una embarazada, sabrá que se trata de una etapa bastante complicada e incómoda. Y tal pareciera que cada vez lo es más, esto considerando las exigencias cotidianas que tienen la mayoría de las mujeres en edad productiva (y reproductiva).
_ La gran, GRAN mayoría de las mujeres sufre diversas molestias durante el embarazo. Ocupando un primerísimo lugar aquellas que están relacionadas con los cambios hormonales bruscos a los cuales están expuestas.
_ Sin embargo, muchas de estas molestias pudieran controlarse un poco gracias a los “efectos secundarios” de las relaciones sexuales.
_ Es bien sabido que los dolores leves de cadera, huesos y cabeza, contracturas musculares, mal humor y malestar en general, pueden reducirse o desaparecer gracias a las cantidades de serotonina y oxitocina liberadas antes y después de las relaciones sexuales ¡Y ni qué decir delos efectos terapéuticos del sexo para el estrés!
_ Además que el sentimiento de bienestar consecuente de una vida sexualmente activa, es el mejor remedio para cualquier tipo de malestar tanto físico como sentimental.
_ Cabe señalar que además de los beneficios físicos que puedan aportar las relaciones sexuales. También debemos señalar, que más allá del contacto físico, y de las sensaciones eróticas placenteras. Es muchísimo más importante el vínculo afectivo, cálido, amoroso y tierno, de empatía y compromiso, el cual se ve potencializado, en la pareja, cuando se espera la llegada de un nuevo ser.
A mi parecer, las investigaciones mas serias en lo referente a la sexualidad de la mujer embarazada fueron llevadas a cabo por las sexólogas Bing y Coleman (con su libro Making Love During Pregnancy, 1977), Sheila Kitzinger y Rosen (1980).
_ Bing y Coleman, realizaron el estudio con mujeres que estaban siendo entrenadas en el llamado “parto psicoprofiláctico” y que además llevaban un excelente seguimiento médico y orientación e información oportuna, estando bien asesoradas durante todo su embarazo. Finalmente este grupo reportó, que lejos de experimentar una disminución del apetito sexual, la mayoría de las mujeres vivió un incremento de deseo (y satisfacción sexual) durante las primeras y últimas semanas del embarazo (cabe aquí destacar que muchas mujeres han experimentado su primer orgasmo, durante las primeras semanas de su primer embarazo).
_ Otros estudios posteriores, reportarían casos en los que algunas mujeres decían haber recurrido a la actividad sexual en las últimas semanas de gestación, como medio para mitigar la congestión pélvica y mamaria.
_ Rosen (1980), por su parte, reporta un aumento estadístico en el deseo sexual, de las mujeres que fueron encuestadas. Ella lo atribuía al hecho de que la mujer se sentía liberada del factor estresante (tanto a nivel físico como psicológico) que está implícito en la metodología anticonceptiva. Por ejemplo, el nerviosismo y la ansiedad que muchas mujeres experimentan por el temor de que el anticonceptivo de ocasión (por ejemplo el condón) llegara a fallar. O incluso el estresor químico generado por los anticonceptivos orales. De ahí que al tener la certeza de estar embarazada, la mujer se sienta un tanto desinhibida, e incluso más abierta a la creatividad y a dar rienda suelta a sus apetencias sexuales (esto principalmente durante el primer trimestre).
Finalmente, puedo atreverme a aconsejarles a todas las mujeres que se atrevan a sacarle ventaja a algunos cambios fisiológicos que se dan durante el embarazo.
1) Por ejemplo, el crecimiento, endurecimiento y congestión de los pechos, puede ser un plus para el jugueteo sexual, ya que generalmente vienen acompañadas de una ampliación de sensibilidad en los pezones, y un sentimiento de voluptuosidad, tanto para las mujeres, y ni que decir de sus parejas.
2) El exceso de lubricación vaginal (en diversas etapas del embarazo, pero principalmente en las primeras y últimas semanas) generalmente se acompaña de una cierta propensión hormonal (similar al ocurrido durante la ovulación) lo cual facilita la penetración vaginal. Con lo cual se reportan relaciones sexuales muy placenteras.
3) Muchas mujeres dicen reportar repentinos aumentos de calor (acompañadas muchas veces de repentina lubricación vaginal) sin una aparente causa, las que las hace sentirse excitadas. Muchas de ellas incluso llegando a reportar orgasmos si fritan sus paredes sexuales mientras caminan, o al contraer el músculo PC. —La literatura médica ha reportado casos de multiorgasmía cuando la mujer sostiene relaciones sexuales durante estos “episodios” repentinos—.
4) Existe una correlación entre una mayor facilidad de parto natural en aquellas mujeres que mantienen su vida sexualmente activa de manera regular durante el embarazo.
Así, que mis queridos amigos. No hay ninguna razón para que dejen de hacer la tarea cuando estén “embarazados”.
Y recuerden que todos los momentos de la vida y la sexualidad son hermosos. Por tanto el embarazo no tiene por que ser la excepción. Y recuerden que para todo gran cambio, es necesaria una dosis de imaginación, ingenio, creatividad y buen humor…
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