La Sombra, By Drako-Konztantyno .´.

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martes, 13 de marzo de 2012

Ecología Mental-Emocional.

Tomado del Blog

Mente Sana En Sexo Sano.





Buen día,

Mi nombre es Daniel Fragoso.
Y soy el Fundador del Centro de Desarrollo Humano, Sexualidad y Terapia Transpersonal
Mente Sana En Sexo Sano.

Antes de comenzar a hablar del Modelo Terapéutico Ecología Mental-Emocional, me gustaría presentarme:
Soy Licenciado en Educación, con Especialidad en Lengua y Literatura;
autor de un libro que aborda la espiritualidad y la sexualidad femenina en la historia de la religión, coautor, junto con la catedrática Carmen Ruth Sotelo Nava, de dos libros de texto en uso en el Colegio de Bachilleres del Estado de Morelos.
Soy Sexólogo Terapeuta, por el Instituto de Naturo-Ciencia y Terapia Transpersonal Wicans de México.
También poseo un doctorado eclesiástico en Divinidades.



El día de hoy me dirijo a ustedes para hablar de un tema muy importante para nuestro desarrollo personal y para nuestra vida en sociedad.

Hablemos sobre las tendencias que tenemos las personas a vivir relaciones interpersonales cada vez más complejas, caóticas y conflictivas.

A lo largo de mi trabajo como profesor y como terapeuta, así como en la cotidianidad, me he dado cuenta que los grupos, las familias, las sociedades, comunidades y los individuos tienen cada vez más dificultades para establecer lazos sociales sanos, afectivos y productivos.


En muchas ocasiones estaremos preguntándonos qué es lo que pasa en nuestras relaciones de amistad, familiares, escolares, laborales, de pareja o de negocios.

Algo muy importante que quiero compartir con ustedes, es que tenemos una nueva propuesta y estamos manejando un nuevo modelo terapéutico denominado “Ecología Mental-Emocional”.

¿Pero por qué un enfoque ecológico mental emocional?

Por las siguientes dos razones.

La primera:

En la vida actual, la mayoría de las personas nos encontramos muy atentos a nuestra salud.

Cuidamos nuestra salud, cuidando lo que comemos, cuidando lo que bebemos y lo que respiramos. Hacemos ejercicio, tomamos suplementos, vamos al médico, análisis, chequeos y demás.


La segunda cuestión de vital importancia para nosotros es cuidar nuestro medio ambiente. Es decir; cuidamos nuestro entorno. Siempre estamos pendientes de vivir en un espacio limpio, tranquilo, seguro, cómodo y confortable.

Lamentablemente en nuestra cultura no tenemos la costumbre de crear y fomentar hábitos que nos ayuden a mantener limpio y sano nuestro ambiente emocional, nuestro entorno mental.


Casi siempre estamos cuidando nuestros cuerpos y vigilamos nuestros alimentos. Pero casi nunca vigilamos nuestros pensamientos y lo que hacemos de ellos, las palabras que cruzan por nuestra mente, las palabras que decimos, los sentimientos que albergamos, y menos aún nos cuestionamos el origen de estos.

Casi siempre andamos por la vida cuidándonos de no arrojar la basura en la calle, reciclando, usando el carro compartido o la bicicleta, ahorrando electricidad y agua.

Pero les puedo asegurar que son poquísimas las personas que están atentas a cuidar su medio ambiente emocional.

Muchos filósofos orientales, principalmente chinos e hindúes, practicantes de las filosofías budista, taoísta y zen, se han preocupado por estos aspectos de la cotidianidad.

Dice un proverbio oriental: “El silencio es hermoso. Si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio habla, sino, mejor quédate en silencio”.

Reflexionemos eso...


¿Por qué será entonces que muchas veces tenemos la costumbre de incontinencia verbal?
De murmurar, de chismosear, de criticar, de mofarnos, insultar, sin darnos cuenta de que estamos afectando nuestra propia salud emocional, y la salud emocional de las personas que nos rodean. Y que quede claro que esto no se trata de moralizar ni mucho menos, sino de guardar una higiene mental.


La sicología hindú nos enseña cosas bastante interesantes al respecto. Como muchos ya saben, allá se tiene la creencia de que uno posee muchos cuerpos. El cuerpo físico, el causal (karmico), el mental, el emocional. Y también se tiene la creencia de que existe un campo etérico, un campo energético que nos rodea y que rodea nuestro entorno el cual está conformado por nuestras palabras, pensamientos, sentimientos, sueños, ideales, valores, buenas vibras, malas vibras, en fin… y se mantiene nutriéndose de estas energías.

Este campo etérico pasa a ser esa cantidad de energía que está alrededor de nosotros y que puede ser tanto positiva como negativa.


Esta es una creencia que es milenaria, y que a simple vista pudiera parecernos descabellada. Pero yo creo que deberíamos analizarla un poco sobre las posibilidades que nos ofrece la psicología oriental. Que a final de cuentas, con el tiempo, estas ideas serían retomadas por los filósofos griegos y mantendrían una continuidad a lo largo de la historia.

Tal ves no nos convenza esta idea, y finalmente no es lo que se pretende. Lo que sí se pretende es que visualicemos cómo vamos creando basura emocional en nosotros mismos, y después vamos arrojándola por donde quiera que vamos. Contaminando con nuestras emociones y acciones negativas, nuestro medio ambiente, nuestro entorno inmediato, nuestro hogar, nuestras acciones y a todos los que nos rodean.



¿Por qué es importante cuidar nuestro entorno emocional? ¿Por qué es importante cuidar lo que sale de nuestra boca, nuestros pensamientos, la intención de nuestras acciones, y la actitud que tenemos al hacer o decir cualquier cosa?


Mohandas Gandhi (Mahatma) decía que para que una mala acción siempre va acompañada de varias malas acciones que la antecedieron en el pensamiento. En el Libro de Santiago, el apóstol escribe que no es lo que entra por la boca lo que condena el hombre, sino lo que sale de ella (eso lo deberán de reflexionar muchos pseudo-teólogos actuales) y los cristianos gnósticos tenían un dicho: “De la boca sale lo que el corazón lleva”.


Si nuestro corazón está amargado, es obvio que sólo saldrán de nosotros palabras y sentimientos que contaminarán nuestro ambiente emocional.

Yo por mi parte les puedo asegurar, que si contaminamos nuestro entorno y lo envenenamos nos estaremos envenenando a nosotros mismos.



El enfoque del Modelo Ecológico Mental-Emocional tiene como finalidad promover una salud y una higiene mental en las personas enfocándonos en observar nuestros pensamientos y sentimientos.
Esto, amigos, no es nada nuevo, sin embargo en terapia apenas comienza a aplicarse.

De esto ha hablado la psicología de las civilizaciones ancestrales durante milenios, siglos, y muchos años.

Y todo gran filosofo, todo gran pensador, llámense griegos, latinos u orientales se han referido a esto.

Yo los invito a que se tomen un tiempo para reflexionar sobre estas palabras, y con gusto, nosotros estaremos para orientarlos.


Muchas gracias, y que tengan buen día.

¡Bendiciones!





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