Sigil Por un Amor.

"NO ME PIDAS NUNCA QUE TE DEJE DE AMAR.
TE SEGUIRÉ A DONDE TU VAYAS
Y VIVIRÉ DONDE TU VIVAS.
TU PUEBLO SERÁ MI PUEBLO,
Y TU DIOS SERÁ MI DIOS.

TE AMARÉ DEVOTAMENTE,
Y VIVIRÉ CONTIGO HASTA EL FINAL DE MIS DÍAS.
DONDE TU MUERAS YO DESEO SER ENTERRADA,
PARA PASAR JUNTO A TI LOS SIGLOS
Y LA ETERNIDAD."

Estas fueron, mi querido Jezel, las
palabras que sellaron mis votos de unión con
el general Razam. Ante un sacerdote de la
orden de Arón, y uno más de la orden de Melkisedech.
Con un séquito de setenta y siete levitas y
otros treinta y dos sacerdotes de los Dioses
extranjeros, pronuncié las palabras que toda mujer
de nuestro pueblo, pronuncia amorosamente cuando aquel
que es digno de poseerla, la toma y las desposa ante
el pueblo, la familia, los sacerdotes y levitas, ante
mi padre, el sumo sacerdote, y ante nuestro Dios.

_Después de tu partida, hacia tierras extranjeras.
tras dejarme desolada y sin darme una mayor explicación
de tu partida, vino pues el guerrero extranjero, quien
con la dulzura de sus labios, envenenó, por así decirlo,
esta alma entristecida que se lamentaba ante el gran Yavé
por tu pérdida.

_Aún en estos días, a pesar del tiempo transcurrido y de
dar por terminado todo aquello que sentí por tí, no puedo
explicarme que mórbido motivo te llevó hacia la tierra de
los gentiles. No puedo tampoco concebir cómo es que te
entregaste a sus costumbre, y que el día de hoy, acostumbras
dejarte llevar por los sodomitas placeres de los paganos.

_Si no fuese la mujer que soy, la digna hija del sumo sacerdote,
y si no conociese pues las cualidades con las que los Dioses
sarracenos bendijeron a la raza de las mujeres de la familia,
me preguntaría entonces ¿Qué fue lo malo que viste en mí, que
preferiste esa vida de extravagantes placeres antinaturales?
¿Por qué pues, irte a tierras extrañas, y abandonar al Gran
Yavé, y a los Dioses del desierto, en pos de ir tras los
extraños cultos de los gentiles? ¿Qué ciencia tan perversa es
aquella que te lleva a conductas que te arojan a una orgía de
placeres que te hacen cada vez más irracional, más animal,
más inhumanos, menos divino?

_Pero, ¿Qué puedo decir yo que te entregué mi amor perfecto?
ese amor perfecto, mismo que te dejó partir, cuando como
el cobarde que eres, anunciaste con bombo y platillo que te
irías, cosa que no creí hasta que el transcurso de los días
me abofeteó en el rostro con la verdad. Te fuiste, pues
complaciendo a tus padres, y a sus intereses propios de la casta
aristócrata extranjera que en estos momentos somete a mi pueblo.

_¿Sabes? jamás pensé en llegar a mencionar tus orígenes, tus
ancestros se remontan a aquel, quien al servicio del sátrapa
Ciriaco, sometió a los de mi raza, asesinó a nuestros reyezuelos
y sometió a nuestros ancianos y a nuestros sacerdotes. Asegurándose
que ustedes sus descendientes, tuvieran una posición privilegiada
dentro de nuestra nación, la nación del Gran Yavé.

_Sin embargo, por más que mi honorífica posición que gozo entre
mi extirpe, no me permitió, ni por un segundo guardarte un luto,
no niego que te extrañé, en virtud del gran amor que te tuve, ese
amor al que sólo estamos llamados los de mi raza, y que tú y los de tu
gente, jamás conocerán. Ese amor que pudiste disfrutar a través de
mis labios, mis caricias y de mi sexo. Esa religiosa experiencia de
fundir las almas y los cuerpos en el lecho. Ese sublime arte que,
te lo juro por el Gran Yavé y todos los Dioses del desierto, jamás
volverás a experimentar, y menos ahora que te habéis arrojado a tus
antinaturales y sodomitas placeres bellacos.

_Y así, por consejo de la inspiración divina, la Shekina, la
inspiración y la gloria, que reconoce mi pueblo en su Divinidad,
me llevó a elevar la plegaría que elevan las poetizas cananitas
cuando necesitan de la Gracia. En una noche, mientras las mujeres
saludamos la llegada del Sabath, invoqué a la consorte de Yavé.
Así, como las místicas de mi raza, en secreto y únicamente en
el un Sabath en plenilunio, invocaban a la Gran Madre, Consorte
e Hija, así pues, en el plata de la medianoche, pedí a la Gran
Diosa Velada, oculta tras sus setenta y dos velos; que me proveyese
del amor verdadero, aquel único que por la Gracia de los Dioses, y
de la Gran Providencia de aquel que lo Construyó todo, me enviase
el amor de aquel a quien debería serle devota esposa. Al único,
al verdadero, a aquel en quien mi amor sería total y correspondido.

_ Así pues, desde Persia, llegó a mí el general Razam, quien
aceptando al Gran Yavé como Señor de los Señores y el Dios entre
los Dioses, llegó pues hasta Canaán, se entrevistó con mi padre
y poco después de conocerme, me cortejó, con aquella Divina inspiración
que sólo corresponde a aquellos que están destinados a compartir las
grandes cosas de la vida, mas allá de los terrenales y carnales
placeres a los que te has dado a entregarte por completo.

_Y verás pues, como son las vidas de aquellos que se abandonan al
amor, a los sentimientos y a los buenos deseos. Hace unos días
Razam fue nombrado sátrapa de Siria, y yo, yo mañana entraré al
Sanctísimo a ser ungida como profetiza del pueblo de los Israelitas.

_ A pesar de que estas líneas pudieran parecer melancólicas y de
resentimiento, sólo quiero decirte que te dedico estas líneas a ti,
mi primer ensayo de amor, a ti, el hombre que preparó mi camino hacia
mi vida perfecta y mi pareja perfecta. Que me hizo llegar a mi camino
con la madurez que necesitaba.

_Rogaré al Gran Yavé por ti, mientras el Sumo Sacerdote rocía el aceite
de olivo y la sangre de buey sobre mi cabeza, y el sacerdote de la
orden de Melkisedech me consagra con la imposición de manos.

_Que las extravagantes cosas a las que te has entregado te lleven
a tu felicidad.


Tu ex-amante que aun te quiere, y que nunca te olvidará.




SÉFORAH.










(En vista de los recientes acontecimientos
y a manera de un Sigil, escribo esta historia,
con la intención de que la pareja perfecta
llegue a mi vida, aunque creo que no tarda
mucho en aparecer, ya está tocando la puerta.
Zoé, mis mejores deseos en la decisión que
recientemente has tomado)





☠Dom Drako-Konstantyno ╬ ╬ .∙.
POR EL IMPERIO DEL LAS "COSAS RARAS"
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