No pienses que el infierno está en algún lugar de las profundidades de la tierra. Es más, ni siquiera es un lugar, y si lo fuera ya estarías en él...
El infierno eres tú, está en cada uno de tus actos inconscientes.
¿Por qué la humanidad entera está siempre angustiada? Porque siempre estamos actuando de manera poco inteligente y carente de amor. Por eso siempre estamos al pendiente de la violencia y en expectativa de que suceda lo peor; en otras palabras, nos encontramos ávidos de más y más destrucción.
Pasada la Segunda Guerra Mundial, Satanás estaba estupefacto ante tanta y tanta destrucción. Vaya, al parecer sus servicios habían dejado de ser necesarios desde hacía mucho tiempo, así que se decidió a realizar una investigación de campo (o de marketing, como le llaman) para entender un poco de lo que estaba pasando y ver si podía conocer un poco sobre la forma tan novedosa e ingeniosa en que las naciones más poderosas lo estaban aventajando en los menesteres sobre como hacer el mal, y sobre sus metodologías de vanguardia para crear dolor, angustia y sufrimiento sobre el resto de los seres humanos. Así pues, se decidió a entrevistar a tres espías de las naciones que ganaron la SGM, y solicitó a sus lacayos que se los hicieran traer.
Al primero que encontraron fue al jefe de operaciones rusas y la conversación fluyó más o menos así:
Satanas: Si ya terminó la SGM ¿Por qué sigues preparándote para la guerra? Saben ustedes que si necesitan algo, cualquier cosa, yo se las habría concedido
Espía Ruso: Escúchame bien, mediocre, en primer lugar, como puedes ver ya no te necesitamos a ti, y mucho menos a Dios... Nosotros los rusos, tenemos nuestra propia trinidad: Marx, Lenin y Stalin. Esta trinidad es la que nos ha llevado al poder, por lo tanto, les creemos a ellos. Así que ni tú ni Dios nos son necesarios...
Pero, si a caso me llamaste a negociar, destruye a los Estados Unidos. Si tú destruyes a a EE.UU. Nuestros líderes te venerarán, y no sólo eso, sino que también reconstruiremos los templos, catedrales e iglesias, e incluso construiremos nuevos santuarios para que la gente común y corriente vaya a adorar a Dios...
Pero, como probablemente no tengas ni el poder ni la autoridad para hacerlo, no te preocupes, nosotros podremos sin tener que darte nada a cambio. Nos tomará un poco más de tiempo sin tu ayuda, pero lo lograremos. Sólo dinos que no puedes y ya está ¡Aquí no ha pasado nada, y esta entrevista nunca se llevó a cabo!
Al salir el ruso del despacho de satanás, ya se encontraba afuera esperando el jefe de operaciones militares de los Estados Unidos, quien en persona se entrevistaría con Satanás, porque como han de saber, los intereses estadounidenses nunca dejan pasar ninguna oportunidad. Lo mismo se entrevistan con el Papa que con el Alhatolla, siempre, evidentemente considerando a todos como sus inferiores o sus subordinados. Así que al ver salir al ruso se puso de pie, y le dio un fuerte apretón de manos y lo saludó calidamente. Obviamente sabemos que así de hipócrita es el ambiente de la política.
Entró pues el norteamericano con aire garbo, saludó y sin esperar a ser invitado tomó el asiento principal en el despacho de Satanás, y si darle siquiera la oportunidad de comenzar con la entrevista le soltó a quemarropa:
"Nuestro gobierno te ve como un potencial aliado para poder borrar a la URSS/Rusia del mapa. Necesitamos de vuestros servicios para hacerla desaparecer, pero, si acaso ya has llegado a un acuerdo con ellos, pues fascinante. Sólo proporcionanos ese dato, y nosotros mismo la haremos desaparecer con o sin tu ayuda".
Dicho esto, salió del despacho después de un cálido "Buenas tardes" y un "que Dios bendiga a Norteamérica". Dejando a Satanás pasmado, puesto que podía entender la actitud del ruso debido a sus posiciones ateas, pero no podía entender qué había pasado con el norteamericano, puesto que se trataba del representante de la nación que se veía a sí misma como la más creyente del mundo. Sólo una cosa le quedó clara; que no había ninguna diferencia entre el creyente y el ateo, el comunista y el capitalista, ni entre el dictatorial y el que se sentía amante de los ideales de "libertad". Su deseo era el mismo.
Como sus esbirros no encontraban a un tercer espía que representara a los intereses del resto de las potencias, se tardaron un poco en traerlo, tiempo que Satanás empleó para realizar apuntes sobre lo que había sucedido hasta ese momento.
Poco después ingresó un elegante caballero inglés, quien de alguna manera se las arregló para que lo presentaran ante satanás como Lord protector de los intereses del pueblo y la corona británica. Después de esto, siendo introducido ante su anfitrión, pidió una cordial y engalanada disculpa por su breve demora, haciendo bromas inteligentes y agudas sobre como sus escoltas le hicieron difícil cumplir al merito de la puntualidad.
Este elegante y educado caballero entretuvo a Satanás con una amena y elocuente conversación llena de intrascendencias, y se mostraba insistente en llamar a su interlocutor Su Satanidad, en vez de solamente Satanás, puesto que insistió que era lo propio para la etiqueta de la ocasión...
Después de que el Lord Espía hiciera traer unos ligeros emparedados de pepinillos y servirle a Su Satanidad un par de tazas de te (que quien sabe de dónde las sacó, aunque muy probablemente las había traído con sigo para agasajar al Diablo, con productos propios del Imperio Británico), Se animó a solicitarle que le confesase el motivo de esa reunión, no sin antes agradecerle por su gentil invitación.
Ya relajado un poco Satanás, con respecto a los acontecimientos previos, y bajando la guardia al sentirse cómodo y en confianza ante este caballero de amables gestos, se animó a confesarle sus motivos, y no sólo eso, sino que también le soltó su inquietud sobre las actitudes de sus anteriores invitados, las cuales evidentemente habían sido las que lo llevaron a estar prácticamente desempleado...
Al escuchar esto el Lord, le retiró la tasa y se la cambió por una copa, la cual atentamente se dedicó servir cada vez que quedaba medio vacía, mientras de manera cálida y casi terapéutica, guiaba la conversación hacia las frustraciones de su anfitrión.
Después de recitar algunos viejos refranes ingleses, apropiados para este tipo de situaciones, le dijo.
"Querido amigo, nosotros somos muy empáticos con sus congojas, puesto que tenemos que lidiar todos los días con estos dos pesados. Sin embargo, le aconsejo mi amigo, que lo mejor que podría hacer por su propio bien, es ayudarlos a ambos a que se destruyan el uno al otro, y si no, por lo menos aliéntalos a que lo hagan. Al fin que se sienten muy capaces y no tienen ninguna consideración para con tus sentimientos".
Dicho esto, contó un par de insípidos, pero de un mordaz contenido, sobre los ruso-soviéticos y los norteamericanos. Después externó su agradecimiento por la invitación e insistió que en breve lo visitara en su mansión, prometiéndole que él mismo lo presentaría ante la reina y el primer ministro, y que incluso pediría al parlamento que lo autorizaran como orador, para que pudiera expresar su sentir ante el pleno de la cámara de los Lores.
"Puedes creer que este sujeto no me pidió nada, ¡qué amable!, y no sólo eso, sino que también me reconfortó con su amistad y muy amablemente me aconsejó al respecto." Le dijo a su asistente quien se dedicó a tomar nota del encuentro, de manera discreta y silenciosa.
"Su Satanidad, que diga, Satanás, ¡vaya que lo hizo!, pero muy a su peculiar y engañosa manera, y tú ni te diste cuenta. Este último de tus invitados quiere que los destruyas a ambos, pero no te lo pidió abiertamente...
Después de esto, y evidentemete estando más consternado que antes, se encerró en su despacho para poder proporcionarse a sí mismo una explicación de cómo la humanidad había llegado a este punto...
Después de varios días de ostracismo y encierro que le implicaron llegar al máximo de sus capacidades intelectuales (porque mentira que el diablo sea sabio por ser viejo o por ser diablo, y esto había quedado demostrado en que por viejo y anticuado se había quedado obsoleto y desempeado) pudo llegar a la raíz del asunto en cuestión...
El hombre después de haber mordido la manzana, había dejado de requerir de sus servicios. A partir de ese momento la humanidad quedó infectado de un terriblemente mal que era al mismo tiempo virulento y crónico-degenerativo. A partir de este momento los seres humanos se hicieron obsesivos sobre sí mismo, egoístas, narcisistas y egocentristas. Sólo que la enfermedad ha avanzado más en unos que en otros, y en el momento en que tratan de salir de esa terrible enfermedad, o algo los obliga a salir de ella, se detonan oleadas de violencia entre los poderosos, y de neurosis entre los no poderosos.
Entonces se dio cuenta de que tanto él como Dios se habían perdido del camino de los hombres, puesto que estos poseían un nuevo dios y un nuevo satán, El dios del poder, y el satán de la neurosis...
Y efectivamente, sabiendo esto, no le quedó más que aceptar su realidad. Nadie necesitaba de él, ni el mundo necesitaba de un infierno, puesto que se había convertido en un lugar mucho peor.
Sin embargo, aún quedaba un poco de esperanza para los menos infestados de esa enfermedad, quienes podrían tener la oportunidad de ir a Dios, pero sólo si se comprometieran fuertemente en traer fragmentos de cielo aquí a la tierra, tal como lo hicieron Jesús y los profetas, y así como alguno que otro santo; los padres del desierto, Francisco, el de Asís, Gandhi, Luther-King y madre Teresa.
☠Drako-Konztantyno††.'.
HERESIARCA APOSTÓLICO DEL CUAUHNAHUAC
Y DE TODAS LAS MESOAMÉRICAS.
http://drako-konztantyno.blogspot.com/
(Inspirado en el sermón de Dios Según Buda, sobre cómo ir al infierno y volver).
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