domingo, 16 de abril de 2017
Pontificia y Soberana orden de Caballeros Águila de San Juan.
Pontificia y Soberana orden de Caballeros Águila de San Juan.
Paralelo al exarcado del Valle Cuahunahuac y Todas las Mesoamércas,
Se establece la creación de una orden caballerezca que se establece en los tres grados ordinales de caballería.
El Tercer Grado, el de Maestre, lo ostentará el Caballero Águila que presida el capítulo.
Este caballero será investido con el grado de Caballero Águila Presidente, y su distintivo será el del Búho (quien será la figura en la cual reviste la permanencia de cada una de las órdenes).
El búho, al ser la figura arquetípica universal relacionado a la paciencia y la sabiduría estará presente en los distintivos de los presidentes de capítulo (el cuál deberá estar formado de por lo menos tres caballeros águilas más) y será también quien posea la plena facultad de iniciar a los Caballeros Águila, y autorizar la recepción de aprendices.
El Segundo grado, el más importante, estará formado por los Caballeros Águila, miembros en pleno y están obligados a la participación de sus asuntos de la orden, y a la formación de los aprendices (1).
El primer grado, corresponde al aprendiz o iniciando. La figura de este grado será la de un ave desprovista de plumas o polluelo; símbolo de que aún no está del todo apto para emprender el vuelo por sí solo.
Los fines de la orden serán dos en específico; una espiritual, y la otra, altruista.
El fin espiritual pretende, que en compañía de los demás miembros, y con la guía de maestro, el cabalero emprenda un viaje de desarrollo de cualidades específicas a su persona, los cuales lo lleven por el camino iniciático del despertar espiritual. Para esto se pretende que los interesados en pertenecer a dicha orden, posean una particular inclinación en lo referente a la sanación, el arte, e incluso por actividades sociales que persigan el desarrollo y el bienestar de la comunidad, así como aquellas destinadas a la protección y veneración (respeto) por el orden natural (naturaleza) los cuales formen en el interesado, una vía mediante la cual, paralelamente a la orden, los inciandos poseean un sendero de realización la cual sea contribuyente al despertar espiritual.
Es decir; serán aceptados todos aquellos miembros que persigan intereses tanto artístico-culturales, terapéuticos (de cualquier clase), o ecológico sustentables - de desarrollo social comunitario.
Cabe aclarar que la membresía a la orden es universal y libre, lo cual no compromete de ninguna manera, la expresión de la individualidad personal, sean de naturaleza sexo-genéricas, etnico-culturales, y sociales. Quedando de esta manera, reservadas las admisiones de aquellos quienes sus ideologías políticas sean contrarias a los fines y naturaleza de esta orden.
El fin altruista se expresara en la naturaleza gentil e incluyente de os fines de esta orden. Se buscará el desarrollo pleno de los atributos altruistas y personales de los miembros, los cuales se pretende, estos se compartan con la comunidad en la cual se desarrollan las actividades de la orden; sus miembros, sus familias, la comunidad, y finalmente a cualquier persona interesada en las actividades e intereses de la orden, aún sin pretensiones de formar parte de ésta; así como de ser beneficiado de los talentos desarrollados en ella, muy en específico el acompañamiento al desarrollo personal-espiritual, lo terapéutico, o lo necesario para el desarrollo de las potencialidades y talentos.
Al desarrollarse esta orden en tierras mesoamericanas, toma el nombre y uno de los grados de la tradicional caballería mexicana, presentes en algunas culturas clásicas de la región, como Mayas, Toltecas y Aztecas.
El Águila será relacionada pues, al emprendimiento del sendero/vuelo espiritual, en compañía de los hermanos y miembros, en beneficio del desarrollo moral y de consciencia entre los pueblos en los que se establezca.
El Águila es también el símbolo de San Juan el Amado, símbolo del perfecto aprendiz, del amor filial hacia los hermanos y hacia la humanidad entera, así como hacia el amor, así como el amor, veneración y respeto hacia el Maestro de Maestros (y su sendero, o al de cualquier otro Maestro para quienes no pertenezcan al exarcado o a la tradición cultural cristiana) (1). Ya que todo vuelo tiene como el objeto llegar hacia el Maestro, de manera tal que el desarrollo individual, personal y en compañía de la orden, nos conduzca a ser uno con Él a través de nosotros mismos.
La membresía no estará en lo absoluto limitada a miembros o simpatizantes del exarcado, sin embargo, se espera que los miembros del exarcado deseen pertenecer paralelamente a la orden, o incluso ratificar el grado equivalente a ordenes mayores a los miembros que deseen incardinarse a éste como clero. Exceptuando el de exarca, evidentemente, para cuyo caso se otorgará el tratamiento honorario Arcipreste/Protopresbítero, o de Prior en el caso de quien presida una orden cuyos caballeros, miembros, todos, pertenezcan al clero y a la orden, simultáneamente.
Para estos casos particulares, los miembros estarán excentos de la formación religiosa académica.
1. Para los miembros femeninos e incluso para capítulos enteros formados en su totalidad por mujeres, el símbolo asociado será el del pelícano y el nido; esto asociando la cualidad femenina de procurar la vida, y de la fuerza materna del cual gozan ellas, el cual les hace partícipes de una especial vinculación/conexión hacia la Madre (tierra, naturaleza) y en sus capítulos particulares o en los presididos por una dama (o caballera águila si se prefiere) el Término Maestro de Maestros podrá sustituirse por Madre, la Gran Madre, o Madre Naturaleza] y las aprendices podrán identificarse a sí mismas como sores, o damiselas; mientras que las maestras podrán optar por el tratamiento de matrona.
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