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Durante hace una semana estuve planeando toda una serie de actividades para el día de ayer. El nueve de febrero es una fecha muy especial, porque es el aniversario de cuando fui iniciado en el sacerdocio espiritual por su Divinísima Gracia el Apóstol Ken.
_ Sé que no soy muy dado a celebrar este tipo de cosas. Sin embargo en estos días me he sentido muy en deuda con la Divinidad por todas las bendiciones que me ha estado dando.
_ Tenía planeado ir a una gruta natural en donde antiguamente se veneraba a la Diosa (1) y en la que fechas recientes alguien colocó una imagen de la Señora de las Mesoaméricas. Posteriormente quería ir a hacer alguna obra caritativa al Hospital General, o con los pobres del centro.
_ Saben, a veces si es necesario exteriorizar un poco aquello de la relación con lo sagrado. Como que ayuda a reconectarse un poco más.
_ Lo que no tenía yo preparado para el día de ayer. Era una hemorragia interna de vías urinarias.
_ Ayer por la mañana, me desperté sintiéndome de maravilla. Muy motivado y vitalizado. Me dirigía a mi trabajo con toda la buena vibra del mundo. Y pues, comencé a hacer mi trabajo.
_ En la hora en que generalmente tenemos descanso, los directivos del colegio en el que estoy, nos hablaron para junta y una pequeña molestia hico su aparición. ¡Ganas de ir a orinar!
_ Sin embargo nada me decía que hora y media más tarde estaría aterrado por lo que me sucedería. ¡Estaba con la vejiga congestionada y con una hemorragia profusa!
A finales del año 2008. Su reverendísima Gracia Ken me hizo favor de regalarme un curso sobre espiritualidad y sanación al cual llamamos de “Espiritualidad de San Juan” o Curso de Formación (esto es porque se trata de un curso obligado para todos nuestros ministros), en aquel entonces yo no me encontraba en proceso de incardinación con la Iglesia ortodoxa, y Ken me lo obsequiaba porque por aquellas fechas estaba saliendo una complicada serie de padecimientos de salud que realmente me habían tenido mortificado durante mucho tiempo.
_ En ese tiempo descubrí y conocí que la Espiritualidad de San Juan es algo maravilloso. Además de eso, el curso venía enriquecido con ejercicios prácticos para realizarlos con la gente o con grupos. Todos ellos relacionados con la sanación.
_ Sin embargo, he de confesar que a pesar de que era ministro. Yo nunca había creído en nada de milagrerías ni cosas de esas. E incluso, tenía una postura muy cómica al respecto, y siempre miraba de soslayo a los grupos cristianos que los practicaban. Sin embargo tenía mis reservas cuando los practicaban otros grupos, como los ocultistas, y en ese caso siempre los atribuía a un fuerte componente psicológico de sugestión.
_ Al adentrarme más en este curso que me regaló Ken descubrí que no se trataba de supersticiones infundadas, sino que siempre se estaba abierto a la perspectiva científica de la psicología occidental, y las tradiciones de Oriente.
_ A pesar de que de adolescente sentí una profunda inclinación hacia la cultura hindú, mis conocimientos al respecto resultaban ser muy teóricos y académicos. El Curso, me brindó la oportunidad de tener una dimensión práctica de la Meditación, los Mantras, la Oración, la Concentración (2) y las verdaderas dimensiones de lo que es el Yoga (3).
_ Tiempo después de concluir el curso, y ya muy interesado en lo que podríamos llamar como el fenómeno de la “sugestión con fines prácticos para la salud” comencé a interesarme sobre literatura de tipo metafísica y rosacruciana que brindan una especie de perspectiva occidental sobre esto. Sin embargo, los postulados que proponen no dejan de ser sumamente subjetivos, sino que a veces hasta exóticos. Pero finalmente lo interesante era conocer gente que asevera el “poder” de este tipo de prácticas metafísicas.
_ Cuando fui conociendo más autores sobre metafísica rosacruciana (digamos por ejemplo “saint germaín”) , cada vez más extravagantes, dejé de prestarle atención a este asunto. Hasta que un día me encontraba en alguna de las librerías del centro de la ciudad, que descubrí un libro sobre técnicas de sanación con métodos del shamanismo hawaiiano, escrito por un doctor en psicología, el cual a pesar de brindar una sincera perspectiva del shamanismo tradicional hawaiiano y de sus prácticas, en las cuales había sido entrenado. También ofrecía muy buenas explicaciones sobre los impactos que tienen en el cuerpo aquello que denominamos como “técnicas mentales” o ‘procesos de sugestión’ que son como me gusta llamarlos a mí.
_ Entonces sí comencé a interesarme en este tipo de métodos, y es lo que me llevó a que actualmente esté tomando un diplomado en Psicoterapia Transpersonal. Sé que tú también me vas a preguntar, como a todos los que les digo qué estoy estudiando, ¿Qué es la psicoterapia transpersonal? Y como ya se me hizo costumbre responderé la que ya se me hizo la respuesta habitual: “Es el estudio y práctica de las técnicas espirituales, vistas y explicadas desde la escuela de la psicología profunda”.
_ Regresando al tema original a este escrito. El cual titulé “El poder mental en el proceso de curación”. Quiero platicarles que sentí una fuerte necesidad de platicarles sobre mi experiencia del día de ayer. ¡Fue sorprendente!
No voy a negarles que me resultó impactante verme sangrar orina, y sentir cómo se me congestionaban las vías urinarias al llenárseme de sangre, y la incomodidad de no poder orinar (porque la sangre se torna espesa y comienza a coagular desde dentro).
_ Tampoco voy a mentirles y decir que no tuve miedo. Sin embargo, inmediatamente comprendí que este era un muy buen momento para llevar a la practica todo lo que he estado aprendiendo desde finales del año 2008.
_ Entonces me di cuenta de que precisamente ese día, no traía conmigo mi mahla (rosario oriental). Quienes me conocen saben que desde hace dos años siempre cargo un rosario oriental, esto me quedó como costumbre de mi tiempo como clérigo ortodoxo. Y al darme cuenta de que precisamente ayer no tenía mi mahla, fui corriendo con una de mis amigas monjas a pedirle uno de sus rosarios. Y me prestó uno.
_ Tomé el rosario común, y comencé a orar mis mantras/japas que a lo largo de mi ex´periencia espiritual, he ido personalizando.
_ Con el paso del tiempo. Mi relación íntima con la Divinidad me llevó a relacionarme íntimamente sólo con dos dimensiones de Él/Ella. El primero es SU dimensión femenina que es a la cual he consagrado mi vida y la Herejía que predico. Pero cuando se trata de orar por alguien más o de orar simplemente, me dirijo a lo que mi experiencia ha hecho como un paralelismo, o un sincretismo quizás, entre lo que para los cristianos es el Espíritu Santo, y para nuestros antepasados indígenas y las tradiciones shamánicas llaman El Gran Espíritu.
_ Yo sólo me dirijo al Espíritu. Y en la mayoría de las ocasiones he tenido muy buenos resultados. Yo he tenido muy buenos resultados en esta mezcla de sentirme una especie de shaman-cristiano y ponerme al tú por tú en el Reino Espiritual. Sin embargo, como les dije antes, todo esto responde a “un proceso de sugestión” que en este caso tiene fines prácticos en la sanación de las personas. Pero cualquier creencia es buena al respecto (ah, y muy valiosa).
_ Ya que tuve el rosario en mano, comencé a orar repitiendo mis mantras. “Gran Espíritu, Dame tu ayuda en todo momento”. Este es de mis favoritos precisamente por la mezcla de un mantra cristiano, pero con el símbolo indígena shamánico. Y cuando salía de mi trabajo, durante 40 minutos repetí mentalmente mi oración.
_ Respecto a la actitud mental, creo que destellos subconscientes me dijeron que no me alarmara, que si lo hacía, sólo empeoraría las cosas y las respuestas de mi organismo no serían las mejores. Entonces me determiné a mantenerme en calma, y a adoptar externamente una actitud desenfadada, y a no ceder ante los síntomas que comenzaron a aparecer cuando visualmente fui consciente de que no me encontraba muy bien.
_ Decidí tomar el camión, ya que esto me daría el tiempo suficiente para entrar en un buen estado de relajación e ir orando durante el camino.
_ Al llegar a mi casa a recoger mis documentos médicos, me detuve a orinar, y tuve menos dificultades para hacerlo, ya no orinaba sangre directamente, sino que ya era orina, nuevamente, aunque permanecía turbia.
_ Cuando llegué al servicio de urgencias del hospital. Ya me sentía nuevamente tan bien como en la mañana. Y cuando tuve la oportunidad de orinar, mi orina era limpia, como si nada hubiese ocurrido. Entonces agradecí al Infinito, al Universo, a la Gran Espírita, a mi mente, a la Gran Mente Universal, y a mi cuerpo, por la pronta intervención y por la ayuda recibida.
_ Siempre es importante dar las gracias cuando recibes algún tipo de ayuda. Y esto cualquier sistema espiritual y/o metafísico te lo dice. Además, la mente se impresiona más con este tipo de detalles; el agradecer a “algo” por el hecho de recibir ayuda o al presentar mejorías de salud.
_ Sin embargo, creo que en estos días he estado muy presionado por los factores externos de la vida cotidiana. La palabra estrés creo que simboliza al más grande de los “demonios” del siglo XXI y a todos nos afecta. Finalmente comprendí que quizá lo mejor era tomarse un descansó de todo y aceptar el tratamiento médico y la hospitalización. Dejar que mimaran mi cuerpo con sueros y analgésicos podría ser algo reparador. Y finalmente decidí quedarme internado, lo cual me brindó la oportunidad de poner en práctica mis conocimientos con las personas que ingresaban y eran depositadas cerca de mí. Si yo había sido sanado casi instantáneamente, me sentía en la obligación de pedir también por los demás.
_ La reclusión me brindó la oportunidad de entrar en contacto con mi subconsciente, por medio de mis sueños y la imaginación. Entonces mi mente recordó que en alguna ocasión leí que entre los shamanes sudafricanos, los shamanes ven en su propia enfermedad, una especie de proceso mediante el cual algún espíritu pretende comunicarles algo, revelarles algo, encomendarles alguna misión etc.
_ Yo por mi parte, al despertar, comprendí que si ese era un día especial para mí, en ese momento se me brindaron los medios para ser útil en ese lugar. Además que quizá el Gran Espíritu me está diciendo que mi cuerpo requiere un poco de descanso.
_ Pero, aún sigo en tratamiento y meditando qué se me ha querido comunicar con este periodo de enfermedad.
Ya para despedirme, quiero invitarlos a que se acerquen a este tipo de técnicas de sugestión para cuando se encuentren enfermos. No importa mucho si les parecen exóticas o locas. Al final casi siempre funcionan. Ya sea que nuestros cerebros quieran creer que en efecto recibimos la ayuda de un ser sobrenatural, como deidades ángeles o demás, o que simplemente creamos que nuestra mente es tan poderosa que es capaz de ordenar al cuerpo su propia curación de una manera consiente.
_ Existen una infinidad de medios a tu disposición. Desde oraciones tradicionales que conozcas, hasta afirmaciones metafísicas, imposición de manos, limpias ¿qué se yo? El límite sólo lo pones tú y tu imaginación.
_ Comienza a experimentar y ¡Buena Suerte!.
☠Drako-Konztantyno††.'.
HERESIARKA/SHAMAN.
1. Xochiquetzal; La Gran Diosa para los cuauhnahuatlacas.
2. Mi paso por la Iglesia ortodoxa también me ayudó en esto.
3. Salir de la idea estereotipada de que Yoga es practicar extrañas posturas, vestir con mallones, comer barritar orgánicas y estar consiente del ombligo.
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Hola hermano konztantyno, que coicidencia, ayer tuve una experiencia de sanación, fui invitado a una sanación masiva, el hermanito como se le llama a este iluminado personaje y cuando digo iluminado no es literalmente porque desde que entro al salon yo pude observar que despedia un alo de luz,tambien pude ver su aura y lo que me lleno de paz y una ternura inmensa que me hizo llorar, fue el hecho de ver a cristo un cristo iluminado en forma de energia que banaba todo el salon, fue una experiencia maravillosa, y dejame decirte que yo tambien creo en la autosanacion y que la practico con fraces positivas, que funcionan y que por todo eso que he recibido doy gracias al gran espiritu, tambien quiero aprobechar esta oporunidad que me das de dajar mi comentario, para agradecerte por tener este blog que nos ayuda a despertar. gracias, gracias, gracias.
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