La Sombra, By Drako-Konztantyno .´.

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lunes, 7 de febrero de 2011

Tres líneas institucionales, de tres formas de cristianismo muy diferentes.

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Creo que al hablar de la historia del cristianismo, podemos hablar de tres corrientes principales (1).


La de Pedro.

La de María Magdalena.

La de Juan.





A lo largo de la historia de la cristiandad, han existido infinidad de divergencias sobre cómo ha de ser interpretado el mensaje del cristianismo. De hecho, creo que ha habido polémicas desde cómo ha de interpretarse las nterpretaciones de Jesús mismo, del cristianismo, el mensaje que ha de promover, e incluso de lo que es la Divinidadd.


En un principio, existieron comunidades que desarrollaban sus propias y peculiares ideas al respecto; pero con el tiempo y con la politización de la cristiandad, se llegó a un punto en que grupos diferentes y antagónicos, entre sí, comenzaron a tratar de imponer sus puntos de vista a otros grupos, formando verdaderos partidos militantes que se acusaban los unos a los otros y se enfrascaron en verdaderas guerras teológicas, que implicaban alianzas, sobornos, traiciones y demás tácticas inescrupulosas.


Poco a poco, el que resultó ser el partido más fuerte, precisamente el que contaba con el beneplácito imperial, fue destrozando y eliminando a sus rivales más débiles condenándolos a desaparecer de la escena del juego, ya fuera por medio de la violencia, la sanción, la acusación o la censura. Y así fue como surgió lo que conocemos como la Cristiandad (“oficial”) y también así fue como comenzó su influencia para con la política, la economía, la sicología, la cultura y casi todos los aspectos de la vida durante los siglos siguientes.


Sin embargo, tras lo deshonesto del proceso por el cual se hicieron del poder. Los actores de la cristiandad oficial necesitaron legitimizar su poder y esto lo hicieron gracias a la invención de una leyenda, a la que píamente se le conoce como “tradición apostólica”, la cual afirma los obispos de Roma descendían de un linaje que se remontaba hasta el apóstol Pedro.


Cabe destacar que históricamente se desconoce qué fue de Pedro después de los eventos mencionados dentro del canon oficial. Ya que en ningún documento lo suficientemente serio como para ser considerado como histórico, se le menciona. Es más, de hecho no existe ningún documento de la época que de testimonio de él. Salvo los comentarios muy posteriores de los clérigos que estaban a favor del partido romano del cristianismo de los primeros siglos.



Algo muy refutable de este hecho, es que en la actualidad. Los especialistas en estudios bíblicos han llegado a aseverar que el hecho de la frase de Mateo en la que Jesús le dice a Pedro que será la piedra sobre la que edificará la Iglesia, es una añadidura posterior, muy probablemente agregada en las épocas del primer concilio de la cristiandad. El de Nicea.



Esto, diciéndolo con rigor académico, y con una ética honesta de ex-ministro religioso, les digo que esto no es nada fuera de lo común. Que de hecho, en su totalidad, los evangelios canónicos, son como una especie de manto lleno de remendaduras y parches. Los cuales o bien pudieron ser reescritos a partir de textos muy antiguos los cuales eran turbios y pantanosos de comprender, y que en determinados momentos requerían de enmendaduras, correcciones o adaptaciones necesarias, o quizá y más probablemente todas estas adaptaciones, correcciones, añadiduras y enmendaduras fueron agregadas intencionalmente para justificar la victoria del partido romano en el seno de la cristiandad.



Es así mis queridos amigos como nace el cristianismo petrino, o paulino. Petrino porque sus actores juraron por todo lo que les fue posible jurar, que ellos eran legítimos sucesores de un tosco, analfabeto, viudo y misógino apóstol según el cual la versión oficial, era el primero en importancia de entre todo los apóstoles. Según esto, aún por encima de Santiago y Tomás, quienes muy probablemente eran hermanos carnales de Jesús. Aún por sobre de Juan, quien era el más amado de todos. Aún por sobre de Magdalena, quien en los documentos no oficiales es declarada como la más adelantada de todos. “La Mujer que lo Comprende Todo”. “La Apóstol de los Apóstoles”.


Aunque hay que recordar que lamentablemente, la documentación canónica oficial no le reconoce a ella ni siquiera el estatus de discípula.


Paulino es también llamado este tipo de cristianismo, porque fueron precisamente los textos atribuidos al autodesignado apóstol Pablo. Los que sirvieron como doctrina para este tipo de cristianismo, el triunfante, el imperial, el oficial. El que diera origen a la cristiandad tal y como la conocemos; la católica, la que se sintió universal, la que hoy llamamos en occidente Católica Romana, y en oriente Ortodoxa.




Sin embargo, esta noche en la que escribo estas líneas, quiero compartir mi experiencia con tres vertientes distintas del cristianismo.



La primera es el partido del cristianismo que se convirtió en la institución más poderosa y represiva del orbe. El cristianismo romano, el petrino, el paulino, el de la jerarquía de papas, de patriarcas, de exarcas, eparcas, arzobispos y obispos. La Iglesia del dinero, del poder, de la burocracia, de la aristocracia, de la oligarquía, de la alta política y del materialismo. La que ponía, imponía y deponía monarcas y emperadores. La que resultó ser el cáncer da la humanidad. La “Una” la “Santa” la “Universal” Gran Ramera y Madre de Todas las Inmundicias.







La segunda, y quizá la más incomprendida de todas, es la Iglesia de los olvidados, los marginados y rechazados. La Iglesia de los espíritus libres a los que jamás van a someter. La Iglesia de los llibrepensadores quienes no necesitan de las doctrinas de monjes fanáticos flagelantes, ni las de misóginos transexuales que sólo odian a las mujeres por la única razón de que no puedan ser una de ellas. Ni de las teorías enfermas de una bola de “doctores de la Iglesia” tan reprimidos sexuales muchísimo con teorías más dañadas que las del mismísimo Freud, con respecto al alma y el cuerpo.


La Iglesia de los que nos atrevemos a pensar y a levantar la voz cuando lo consideramos necesario. La Iglesia de quienes vemos realmente a Jesús como un libertario; pero no como un manso corderito que nos bañó en sangre sacrificial, sino que lo vemos como a un fiero León cuyo rugido hizo temblar a un Imperio Romano, y el cual sigue escuchándose hasta nuestros días. Y que llevó su vida y misión hasta las últimas consecuencias, ahora sí, si ustedes gustan, en beneficio de la humanidad.


Esta mis queridos amigos, es la Iglesia femenina, la Iglesia de la Apostolesa, La Iglesia de Magdalena.


Una Iglesia para las mujeres, para los homosexuales, para los intelectuales, para los revolucionarios y los oprimidos, para los herejes, para lo naturalistas, para los que no niegan la razón de ser del cuerpo. La Iglesia para los que vemos la vida como el más maravilloso de los regalos, la Iglesia de quienes se atreven a probar y a experimentar. La Iglesia de la Diosa, y del Sagrado Femenino. La Iglesia de la Libertad.



La tercera escuela, la que creo que es la mejor de todas, es la del cristianismo místico, la de un Cristianismo Interior; la que nos dice que todos y todas somos Dioses en potencia, y que todos tenemos la capacidad de despertar al Cristo que vive dentro de cada uno de nosotros, como una verdad latente que espera ser redescubierta. Esta es la Iglesia espiritual. La Iglesia que nace con San Juan, el discípulo amado de Jesús. Aquel que podía volar como las águilas.


La Iglesia de San Juan, la mística, la espiritual, fue condenada a la clandestinidad, sólo abrió sus puertas para quienes verdaderamente estaban preparados para comprender y para quienes tiene ojos para ver. La Iglesia que recurrió al secreto y a la iniciación, la Iglesia del simbolismo, del esoterismo, de la magia interna, de la gracia, de la paz y del humanismo.


La Iglesia de los adelantados, de quienes buscan una sincera evolución espiritual. La Iglesia de los enviados, de los iluminados, la Iglesia de los “amados de Dios”. La Iglesia de los Iniciados.


La Iglesia de los milagros, y de la Logia de San Juan.



La Iglesia de las "Cosas Raras"...




Y ahora te pregunto mi querido lector ¿en cuál de ellas quieres estar?





1. Al decir esto, quiero que consideremos y seamos claros, que me referiré en exclusiva a la experiencia cristiana que ha tenido occidente contemplando las tres escuelas que más han influido a la cultura occidental.



☠Drako-Konztantyno††.'.
Heresiarca de Cuernavaca.

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