Ana en el país de las Azucenas.

Rostro infantil rebosante en vida,
y tú ni siquiera te imaginas mi alegría,
de verte una vez más,
de verte en estos momentos
en los que te conviertes en mamá.




Y hoy quise tenerte en un pretexto,
o quizás en alguna excusa,
para que te convirtieras en mi musa,
para que fueses mi jazmín.




¿Y acaso recordás el ayer
_ en el que querías ser parte de mis versos,
y ser mi excusa y mi pretexto,
cuando fuiste mi mujer?




Quizá hoy te resulte extraño el parecer!
Hoy que reluce tu hermosura,
exaltada por tu cuerpo,
en cada poro de tu piel.



Ternura Ana, en un jardín de azucenas.
Ternura Ana, derroche de belleza.
Ternura Ana, graciosa y maternal.



Dichoso el ser que habita tu vientre,
aquel que puede tenerte,
y acariciarte desde tu interior.
Pequeña vida que se agita en tus entrañas,
que te hace hermosa,
tan graciosa mariposa,
llenando de plenitud todo tu sexo,
del más sublime amor por ser mujer.






Jazmín en un racimo de azucenas.
Virgen buena de castidad,
Ríos de frescura y de inocencia.
Sonrisas sonrojadas
_ matizadas de bondad.