Todavía recuerdo aquel diciembre del2003.
Cuando iba en camino a Tepoztlan
y pude verlo,
esa fue la última vez que le vi de cerca...
Ese hombre tan enigmático como
pequeño...
Con el genio a flor de piel.
Tal como esen todos lo artistas geniales, auténticos...
Quién se esperaría que fuera viajando en una
vulgar camioneta de carga rumbo al pueblo
de las montañas, el paradisíaco Santo Domingo.
Esa fue la última vez que le vi...
También pude estar cerca de él
en alguna ocasión que le vi en la
Iglesia Anglicana de San Miguel,
en el centro de Cuernavaca.
El pasado lunes se cumplieron ya
cuatro años de que John Spencer
(John Edward Spencer King)
dejó el Reino de los Mortales
para fusionarse con el Universo.
En mi vida he tenido pocas oportunidades
de conocer personajes tan importantes
y el hecho de ver de cerca a un artista tan
excéntrico como él me dejó una marca...
Siempre he admirado a los grandes talentos...
más en especial aquellos que parecen
"que no son de este mundo" y andan en otros...
Aún recuerdo una ocasión en el que le vi
en el zócalo dándole de comer a las palomas...
Nunca supe, por qué si se trataba de alguien tan celebre
rara vez se le veía con gente, en especial cuando rondaba
el primer cuadro de esta mi querida ciudad.
Creo, o pienso, que no se trataba más que
de otra gran figura de los muchos y muchos
genios incomprendidos que transitan entre nosotros...
Su presencia, era como la de ellos...
desaliñando, con ropa arrugada y pantalones
que no necesariamente combinaban.
Su cabello que aparentaba ser suave como
un algodón de azúcar.
Un inseparable morralito del que a veces se veía
salir una hermosa pipa, quizás inglesa...
A veces con zapatos, y otras tantas de típicos huaraches.
En aquellos añoso comprendía muy bien su ingenio.
Mis abuelos decían:
"Mira, ahí está el artista"
"El de las cosas grandes"
Y yo me preguntaba
cómo alguien tan delgadito y frágil podía ser el
"de las cosas grandes".
Pensamientos que parecían ilógicos
en mi infantil mente...
Ahora, que con nostalgia se recuerda su legado
reflexiono y medito lo importante de su presencia aquí...
El legado tan rico (no en el sentido de abundancia sino
el de sabor) que muchos extranjeros han dejado en esta
ciudad...
Legados extranjeros que enriquecen
mi Cuernavaca querida y la ponen en el plano internacional,
ya no comoel pueblo de albercas y bugambilias,
sino como la casa de veraneode gentes ilustres...
El lugar de las nostalgias de México.
El parque de artistas y políticos...
en fin...la nostalgia llega
y me golpea...
Ese hombre pequeñitode cabello blanco y gafas
será homenajeado el día de mañana
En la "Casona"edificio que para el día de hoy
ha sufrido transformaciones importantes
y que al menos está recibiendo un buen uso.
MAÑANA:
LUGAR:
“La Casona”
A las 7:00pm
Se llevará a cabo una mesa redonda
en la que hablarán de la vida y obrade éste genio.
¿Quienes participan?
El trío de viejitos snob que siempre
tratan de figurar como "historiadores de Cuernavaca"
y que andan tras el hueso de Cronista de la Ciudad.
A las 8:00 PmSe presentará el libro
" John Spencer En Tétela del Monte"
del Ing. Miguel Palma.
☠Dom Drako-Konstantyno ╬ ╬ (porque Cosas Raras también es Arte e Hstoria)
Fuente:
(fotografías)
flickr.com
http://farm1.static.flickr.com/100/299335979_18ab8747fe.jpg?v=0
Museo La Casona. Org
http://www.museolacasona.org/JES-in-door300.jpg
Describes muy bien a John Spencer en su modo de ser. Pues de estatura era alto y desgarbado, con el pelo siempre alborotado. Los niños en Tetela del Monte le decían El Doc, si, ese de la película Volver al Futuro. No lo hacían como burla sino porque en realidad se parecía a él. Media más de uno ochenta de estatura. El morral siempre estaba a su lado, si, traía a veces una pipa aunque nunca lo vi fumando, era vegetariano, llevaba siempre un saco de twed, pues era inglés..... cargaba libros, periódicos en su idioma y más de una vez lo vi sacar de él un refresco de frutas y un gansito marinela. Raro, era mucho muy raro.
ResponderEliminarSaludos de Miguel Palma, el autor del libro.
Por ese texto me dieron el premio CONACULTA y la British Society un reconocimiento por haber rescatado a un artista inglés y su obra.