Ya en reiteradas ocasiones les he propuesto analizar con una perspectiva metafísica los que univerzalmente conocemos como Textos Sagrados, en especial la Biblia por tratarse del documento dvinamente inspirado al cual somos más afines los occidentales.
_ Hace poco más de un año comencé a hacer análisis sobre lo que conocemos como la consciencia crística, e incluso creo que escribí un par de ms mejores artículos en la historia de este blog.
_ En el artículo titulado "El León de Judá y el Cristo Espiritual" hablaba de cómo el principio cósmico/universal de esa fuerza/principio que conocemos como Christo, se halla presente en el Universo entero siendo Todo e impregnando Todo. Ya incluso en el libro de los Hechos capítulo 17 San Pablo expresa que "en él nos movemos, en él somos, en él estamos". También hablábamos ya de que este principio universal pudiera tener correspondencias con el principi cósmico de Buddheidad, y también con lo que en el Indostán se conoce como el principio del Gúrú.
_ Tambén mencionabamos que aquello que conocemos como las sagradas escrituras hebreas (aquellos textos que en su conjunto dan forma a la TANAJ: La ley de Moises, los "Libros Históricos" y Los Profetas") en su conjunto, y dándoles una interpretación metafísica, nos hablan de cómo el pueblo hebreo en sus momentos de necesidad, recurían a su dios (a la Divinidad) para pedirles que les enviase un Mesías. Moises fue, para ellos, el más grande de todos los tiempos, sin embargo hubo muchos otros, e incluso en tradiciones hebreas se llegaron a reconocer la presencia de mesias davídicos hasta bien entrado el siglo IV de esta era (otros ejemplos serían los exhilarcas en Babilonia, los Macabeos durante la invasión helena, y muchos otros durante la época del Jesús histórico).
_ El principio metafísico que subyace en todo esto, se fundamenta en la conexión mística existente entre los seres humanos y su dios,es decir del hombre (y la mujer por supuesto) con su Divinidad interior (Espíritu).
_ Tenemos pues que cuando el pueblo hereo clamaba en medio de la dificultad, su dios les enviaba un mensajero, un legado, un heraldo de consciencia divina que se encargaba de despertar al pueblo del marasmo de sufrimento o de ignorancia en el cual se encontraba. Para libraro de la opresión del enemigo.
_ Si bien en el texto aterior pudimos identifcar que la máxima consciencia a la cual podemos aspirar es aquella a la que llamamos Cristo, y que ésta, al ser parte de nosotros mismos, la más elevada parte de nuestra consciencia, la parte más inmaculada de nuestro ser, la que permanece en contacto con la Divinidad, es decir, el Espíritu y que se encuentra en nosotros para acudir en nuestro auxilio, para ayudarnos a salir de las tiieblas. No apuntamos a hablar propiamente de cuál o cuáles eran los enemigos de los cuales debería de liberarnos.
Continuará...
lunes, 14 de noviembre de 2011
El Ego como el Anticristo personal (introducción)
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