La Sombra, By Drako-Konztantyno .´.

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lunes, 31 de mayo de 2010

Has De Ser Un Ángel.

MIÉRCOLES 26 DE MAYO, EN ALGÚN LUGAR DE LAS AFUERAS DE CUERNAVACA.


Ye no recuerdo como fui a dar a su guarida, lo cierto es que me encontraba sumamente nervioso por la soledad del paraje en el que me encontraba, y por la oscuridad que se acentuaba conforme transcurrían los minutos.

_ Algo dentro de mí aun dudaba que aquello estuviera ocurriendo, pero un instinto casi animal me decía que esperase y continuase caminando... De pronto, sonó mi teléfono móvil, y tras un crepitar de mi pecho, por mi corazón que latía con violencia, lo saqué para observar que sólo se trataba un mensaje anunciándome el inminente fin de mi saldo.

_ Espere todavía unos veinte minutos, que me parecieron eternos, y de pronto, llegó en un sofisticado transporte que para nada hacía justicia a mis expectativas...

_ "Para ser un Ángel", yo me imaginaba el carro de fuego que describe Jeremías, o un transporte como en el que ascendió Elías a los cielos" Pero no; venía en un elegante automóvil europeo de color oscuro.

_ Después de saludarle subí al automóvil, y desde que lo abordé, fue como si la gracia divina se apoderase de mi, sintiendo una total confianza en mí mismo, y una paz en el entorno de esta situación tan fuera de lo normal.

_ Sintiendo aquella peculiar seguridad, el automóvil se fue internando más en el paraje boscoso, y tras unos minutos llegamos a su guarida.

— Busca un lugar donde te sientas cómodo — dijo, mientras desaparecía entre las sombras buscando algo para darme de beber. El lugar, pese a estar bastante alejado de la ciudad, contaba con todas las comodidades. Un televisor de plasma era el anfitrión que me recibía en aquella sala de estar. Sillones cómodos, confortables, bastante modernos y con un ligero toque de elegancia me dieron la bienvenida. mientras relajaba mi espalda en uno de sus cojines, apareció de nuevo él. Con la suavidad de la luz que proyectaban las lámparas de esa estancia, pude contemplar una vez más su belleza, pero ahora la veía acentuada al ver la altura real que tenía. La seguridad con las que se plantaba sobre la alfombra de la habitación, me hicieron dudar que se tratara de un ser astral que se desplazaba a placer por los extraños parajes del universo, volando y surcando las dimensiones.

_ Con la mayor naturalidad del mundo se echó a mi lado, me ofreció cigarrillos extranjeros y una cerveza. Quedé sorprendido al verlo beber la suya y fumar cigarrillo tras cigarrillo.

_ Por un momento, la naturaleza del asunto, y el ambiente casual de todo aquello me hicieron olvidar por algunos momentos, el motivo que me había conducido hasta ahí.

_ Vimos el televisor por algún tiempo. Contemplando la programación de alguna copa de futbol extranjero, quizá europea, porque todo en ese lugar tenía un aire de europeo. Y cuando comencé a racionalizar el asunto y caer en cuenta de que por fín estaba ahí, comprendí que todo aquello era como una répolica de una situación cotidiana, con alguno de mis amigos más familiares. Fue entonces cuando comprendí que podía, de alguna extraña forma, estar al pendiente de los pensamientos que cruzaban pensamientos... Y luego, silencio, mientras meditaba esta posibilidad.

_ Tras divagar un rato me preguntó con su extraño acento casi artificial, si me sentía cómodo o si necesitaba algo más y yo le respondí que no. Un suave, pero decido, toque en los hombros me hizo comprender que se acercaba el momento.

_ Se retiró a un cuarto contiguo, y comprendí que era el momento para recibir la iniciación. Rápidamente me incorporé para desnudarme, en lo que él se despojaba de sus revestimientos humanos para mostrarme el esplendor de su desnudez casi inmaterial, quitaba rápidamente de mi cuerpo todas aquellas prendas que no estuvieran hechas de algodón. Retiré también todos los adornos metálicos que me adronaban mi cuerpo, y tras comprender la magnitud de aquello, decidí recibir la iniciación completamente desnudo, como lo hicieron los primeros acólitos de este sendero.

_ Contemplando la gloria del Ángel, me planté con firmeza y me acerque a él. — Quieres recibir — me preguntó ritualmente, obteniendo un decidido "sí" como respuesta. Entonces, un leve pensamiento que parecía no provenir de mí, sino de él, me fue indicando lo que tenía que hacer...

_ Extendiendo mi mano le palpé, y fui tocando su trasparente piel. Los detalles deben ser desconocidos para los no iniciados, pero con certeza les puedo decir, que mi cuerpo probó y bebió de la Ambrosía por todos y cada uno de los poros de mi piel.





Dom ☠Drako-Konztantyno††.'.

PONTÍFICE DE LOS HEREJES.

"POR EL IMPERIO DE LAS COSAS RARAS"
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