(ACEPTANDO NUESTRA IDENTIDAD DIVINA)
Un poco de Filosofía Oriental.
—No te apedreamos por ninguna de ellas, sino por blasfemia; porque tú, siendo hombre,te haces pasar por Dios.
—¿Y acaso —Respondió Jesús— no está escrito en la Ley: “Yo he dicho que ustedes son Dioses”? Si Dios los llamó Dioses a aquellos para los que vino la palabra ( y la escritura no puede ser quebrantada) ¿por qupe acusan de blasfemia a quien el Padre apartó para sí y envió al mundo? ¿Tan sólo porque digo: “Yo Soy, El Hijo de Dios”?
JUAN 10, 34-37.
¿Alguna vez has escuchado, mi querido amigo, que dicen en oriente: “La muerte del Ego es el camino de la liberación”? ¿Y alguna vez te has preguntado qué es lo que esto significa?
_ Yo, a lo largo de mi camino, me he encontrado con gente temerosa (de ese tipo de gente que vive anclada al antiguo sistema religioso) a la cual, escuchar esta frase, les perturba hasta en lo más profundo de su ser.
_ Esta es una verdad, muy difícil de tragar cuando se escucha por primera vez. Yo al igual que todos ustedes, nací en la vieja religiosidad. Aquel sistema doloroso, que niega nuestra Naturaleza Divina, y que con sus ritos, dogmas y leyes, suprimen la espiritualidad y nos apartan de la Divinidad (pesando claro que estar separado de Dios(a) fuera posible).
_ Sin embargo con el tiempo, con la ayuda del Gran Espíritu (Espíritu Santo), de mis guías desconocidos [1], de Ken Maley y de la espiritualidad Sufí, he podido comprender y asimilar la hermosa verdad subyacente en la frase “La muerte del Ego, es el camino a la Liberación”.
_ Como mencionaba, mucha gente siente tristeza al escuchar esta frase, a pesar de que su Deseo por Dios(a) es muy grande. Sienten tristeza, nostalgia o miedo, porque interpretan esta frase, como el tener que dejar sus vidas, sus familias, lo pocos bienes materiales que tienen, sus sueños, sus deseos, sus talentos, y finalmente, dejarse a sí mismos.
_ Sin embargo, vienen las palabras de Jesús para ayudarnos a comprender a qué se refiere esta frase. En el tercer capítulo del Evangelio de Juan (que es el Evangelio que sintetiza toda la Sabiduría Oriental) Jesús nos habla de cómo es esto de la ‘Muerte del Ego’ para alcanzar ‘La Liberación’. “Te aseguro que quien no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios”.
_ Nicodemo, al igual que nosotros, fue criado y educado en la vieja religiosidad, y al igual que nosotros, tiene la dificultad comprender lo que Jesús está queriendo decir.
“Yo te aseguro que quien no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios” —Dijo Jesús.
_ El Bautismo del agua, mis queridos amigos, tiene un fuerte significado simbólico de muerte y resurrección. De hecho, el bautismo como lo practican las iglesias de la actualidad, se basa en una liturgia que nos recuerda esta muerte y resurrección. La Iniciación en la Cristiandad, como en casi todo tipo de iniciaciones, está centrada en que el neófito o catecúmeno durante el Rito, se hace partícipe de la Muerte y Resurrección de Jesús mismo. De ahí que la mayoría de las iglesias, sumerjan completamente en agua al bautizando (Ortodoxa, evangélicas y muchas otras denominaciones cristianas) como símbolo de su muerte, pero también de su renacer.
_ Sin embargo, Jesús es muy claro y habla del agua y del Espíritu. Pero ¿Qué querrá decir con eso?
_ Nosotros, mis queridos amigos, los cristianos espirituales (de la Iglesia Espiritual y Alternativa) basamos nuestros bautismos, en una ceremonia cuyo fin principal es reconocernos, (o mejor dicho, reconocer al bautizando) como los Hijos e Hijas de Dios(a). Esta ceremonia, la del bautismo, debería de ser celebrada de igual manera por las demás iglesias. Porque como Jesús afirma en otra de sus parábolas que también nos habla de esto “el grano que no muere, seco quedará, pero el que muere en abundancia dará”.
_ Si nos damos cuenta, amigos, estamos hablando exactamente de lo mismo. “La muerte del Ego, la muerte simbólica en el agua, el grano trigo que muere” nos dicen exactamente lo mismo. Es necesario morir a lo que creemos ser ¡No para ser menos, ni para perder lo poco que tenemos! ¡Sino para reconocer nuestra verdadera identidad de Hijos de Dios! ¡Somos Divinos! ¡Somos Dioses! ¡Somos Dios!
_ Reconocer esto, es lo que muchos cristianos conocen como el Bautismo del Espíritu Santo, el renacer en el Espíritu del cual le habla Jesús a Nicodemo.
_ Pensemos por un momento en nuestros amigos los cristianos de iglesias pentecostales. Ellos, mediante sus prácticas y ceremonias, se abren al Espíritu. De la misma manera que lo hacen en sus ceremonias los derviches danzantes de la espiritualidad Sufí. De la misma manera que lo hacen con la meditación trascendental, los budistas. De la misma manera que de sus distintas formas, cabalistas, taoístas, hinduistas y sijs se re-vinculan con la Divinidad. Despiertan su propia Consciencia Divina. Nos hacemos uno con Dios. Reconocemos que somos Dios.
_ Hay un hermoso poema Sufí. La espiritualidad sufí es hermosa y rica en una literatura impresionante que al conocerla no podemos poner resistencia, ella misma nos toma de la mano, y suave y quedamente (por acción del Espíritu) nos conduce amorosamente a nuestro reencuentro con Dios(a). En palabras de los cabalistas, "prepara para nosotros nuestra cámara nupcial" donde el Novio Amado (Dios, Alá, Cristo), espera a su amada, la Novia Perdida (Nuestra Alma)[2]. Por desgracia, no conozco el nombre del autor, ni recuerdo muy bien cómo va el poema, pero dice más o menos así:
››De pronto, fui consciente de mí.
Sin embargo, no pode decir:
“este cuerpo es mío” o “este es mi cuerpo”.
Porque sería tal y como aceptar dos realidades…
Me llené de temor al comprender,
que esto era politeísmo.
Era como creer en la existencia de dos principios.
La existencia de un Él.
Y la existencia de un Yo.
››Entonces comprendí que no puede haber dos,
sino solamente Dios,
en mí.
Entonces comprendí que debería ver, con los ojos de Dios,
y comprendí que ahora Dios veía a través de mis ojos.
Comprendí que debería de hablar, con la voz de Dios,
y comprendí que ahora la voz de Dios hablaba a través de mi voz.
Comprendí que debería escuchar, con el oído de Dios,
y comprendí que ahora Dios escuchaba a través de mi oído.
Pero sin embargo,
lo más importante.
Comprendí que debería de Amar con el Amor de Dios.
Porque con el Amor de Dios, él esta en mí y yo estoy en él.
Y comprendí entonces que ahora el Amor de Dios me inundaba,
y que ahora Dios amaba a través de mí.
_ Ahora mis queridos amigos, les dejo la siguiente oración, para aceptar en nuestras vidas nuestra propia divinidad. Recuerden que Hoy es la Segunda Venida de Cristo, y que podemos ser partícipes de su llegada si nos abrimos a su Espíritu, El Espíritu Santo, el Gran Espíritu.
Padre/Madre, que hoy acepte la realidad de que soy tu Hijo(a) Muy Amado(a).
Dame la fe para aceptar tu palabra,
que me dice que yo he nacido a tu imagen y semejanza,
que comparto la naturaleza divina de tu Santo Hijo.
Que ningún pensamiento me haga pensar lo contrario.
Permite que acepte a tu Santo Espíritu,
Para que acepte igualmente mi verdadera identidad.
Dios(a) de Amor, tú que no me pides sacrificios sino compasión,
Borra de mi mente las ideas nefastas, que me han hecho tenerte temor.
Enseñame a olvidar mí único pecado: no saberme divino.
y lléname de tu Amor y tu Luz.
¡Abundantes Bendiciones en el Dios y la Diosa!
En la Herejía y las Cosas Raras.
☠Drako-Konztantyno††.'.
HERESIARCA APOSTÓLICO DE CUERNAVACA
Y DE TODAS LAS MESOAMÉRICAS.
PROFETA DE LA GRAN DIOSA.
APÓSTOL POSMODERNISTA.
Drako.Konztantyno@gmail.com
http://drako-konztantyno.blogspot.com/
1.- Por "Guías Desconocidos" me refiero a todos aquellos autores y autoras de espiritualidad, que me han sido de alluda en mi crecimiento. Aún no he tenido oportunidad de contactar con seres espirituales =)
2.- Si usted desea profundizar en este tipo de espiritualidad cristiana, recomiendo ampliamente la obra de San Juan de la Cruz, la cual es muy afín a lo que estoy escribiendo, en el caso de que usted sea un devoto católico. Cabe señalar que a pesar de todo, en el catolicismo existe una basta literatura espiritual, producto de un sinnúmero de místicos, entre quienes podemos destacar a otra prolija escritora y santa, Teresa de Ávila. Si usted es orgullosamente “hereje” como su servidor, o simpatiza con el protestantismo racionalista, le puedo recomendar la obra de Meister Eckhart, quien fue un misticazo pionero de la reforma protestante.
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