viernes, 24 de diciembre de 2010
El Papel Sagrado de la Eroto/Mística.
Reconocer la Divinidad en uno mismo es un proceso transformador y liberador. Sin embargo plantea toda una serie de retos que implican replantearse conceptos y aspectos culturales que son inherentes a la cultura occidental y a sus aspectos religioso-conceptuales propios de la tradición judeocristiana, los cuales han marcado la filosofía desde hace más de dos mil años.
_ Comprender la Divinidad interior pudiera parecernos ser algo más propio de la tradición oriental. En occidente, desde siempre hemos visto los aspectos religiosos como fenómenos externos al hombre. De ahí la complejidad de nuestros ritos, del sacramentalismo de la cristiandad, entre un larguísimo etcétera.
_ Sin embargo, creo que una de las cuestiones más importantes que tratamos de rescatar en nuestra espiritualidad (espiritualidad de San Juan), es la de reconocer el fenómeno religioso como una experiencia interior (e íntima) de la Divinidad.
_ La sicología nos habla de un fenómeno llamado “proyección” yo lo llamaría de la “extroyección”. Esto de la proyección, es sentimiento profundo que ha marcado la experiencia religiosa de Occidente, en dónde el individuo se ve a sí mismo en un estado permanente de separación con respecto a la Divinidad. Esto gracias a un permanente sentimiento de culpa que se ha promovido tanto en las religiones patriarcales.
EL PAPEL SAGRADO DE LA SEXUALIDAD.
Sin embargo, existe una dimensión en el que el fenómeno de la proyección, puede tener una riqueza invaluable en lo que respecta a los campos de la espiritualidad.
_ Muchas de las principales escuelas filosóficas, nos han invitado a reconocer lo sagrado de la creación entera. Es decir; a contemplar a la Divinidad en la creación.
_ Una de las cosas más hermosas y maravillosas que me ha dado el ser parte del St. John Center, es aprender a reconocer la Divinidad de cada persona (Esto tomando en cuenta que nací y crecí en una cultura occidental de valores judeocristianos, agregando a esto que fui entrenado para ser un ministro de la religiosidad oficial) lo cual ha sido una experiencia liberadora y enriquecedora para todos los aspectos de mi vida.
_ Sin embargo, creo que podemos, o deberíamos, llevar este reconocimiento de la Divinidad del otro, a otros aspectos de nuestras vidas y a otros planos. Yo supongo que esto, también será una experiencia fenomenal en nuestro proceso liberador que podría llevarnos a experiencias más intensas en nuestra relación íntima con la Divinidad.
_ Antes de comenzar a explicar esto, me gustaría que nos detuviéramos a analizar el valor simbólico del sacramentalismo.
_ El sacramentalismo cristiano está sustentado en la idea del “Dios exterior”. Esto es; que para participar en el significado simbólico interpretativo de la liturgia cristiana, se necesita estar predispuesto a que la Divinidad mora invariable e inevitablemente fuera de nosotros, y reconocer que el sacramento es una especie de vehículo que tiene el poder de reconectarnos o unirnos momentáneamente con lo Divinidad.
_ En escritos anteriores los invité a ver la Eucaristía como una Ceremonia del Recuerdo (como las ceremonias realizadas en el sufismo) en el que a través de la liturgia/rito, re-reconocemos nuestra propia Divinidad interior.
_ Hoy después de leer algunos textos tártricos, y meditar al respecto, comprendí que los cristianos espirituales, tanto los de hoy, como los de los primeros siglos, podemos ver en la Eucaristía, un proceso de reconocimiento de la Divinidad “del otro”. Pero quizás usted mismo se esté preguntado cómo podemos hacerlo.
_ Creo yo que la Misa/Eucaristía Cristiana se fundamenta en reconocer la Divinidad de Jesús. Eso es invariable aún dependiendo de la denominación cristiana de la que estemos hablado, incluyendo también las denominadas “herejías” e incluidos nosotros mismos.
_ Sin embargo, desde una perspectiva gnóstica y tántrico-simbólica podemos darle a la Eucaristía una dimensión eroto/mística al lenguaje simbólico de sus signos, tanto en un nivel exterior como en un nivel metafísico/espiritual.
_ En la historia de la cristiandad occidental, hay tres ejemplos muy buenos que podrían ayudarnos a ejemplificar este punto. Santa Teresa de Ávila, Meister Eckart y San Juan de la Cruz.
_ Meister Eckart y San Juan de la Cruz, no son nada disimulados en comparar el anhelo por Dios como una especie de amor/deseo erótico y romántico. Aquí cabría hacernos la pregunta de si ellos estaban embebidos del lenguaje metafórico de la Kabalah. El cual podemos conocer sin ir muy lejos al observar algunos textos canónicos como “El Cantar de los Cantares” o semi canónicos (deuterocanónicos) como el libro “De La Sabiduría”. Ambos atribuidos al mítico Rey Salomón.
_ Regresando a la dimensión de la eroto/mística. Algunos santos y santas, siendo el ejemplo más claro el de Teresa de Ávila, describen una intensidad extática inconmensurable cuando experimentan en cuerpo y alma la Gracia Divina (Shaktypat), esto es entendido como un éxtasis unitivo con la Divinidad, el cual han venido describiendo muchas veces con figuras a veces románticas, de una pasión intensa, y en otras tantas, hasta eróticas
_ Esto quizá pudiera parecernos algo común, si comparamos las experiencias placenteras meramente carnales (digamos por ejemplo el orgasmo) con las experiencias extáticas espirituales. Sin embargo en la cristiandad la sexualidad no sólo ha sido muy mal vista, sino que incluso llegando a ser satanizadas, pecaminosa y estigmatizada como causa, fuente, motivo y perpetuante del “pecado”.
_ Sin embargo, creo que debería ser imperante, hoy después de tantos siglos de represión sexual en nombre de una religiosidad que hoy demuestra estar profundamente enferma. Reconocer el papel sagrado que tiene la sexualidad.
_ Uno de los textos tántricos más importantes describe cómo Shiva, entendido como El Todo (la Divinidad), decide deleitarse en sí mismo a través de la experiencia de sí mismo (no se trata de un juego de palabras). Entonces Shakty (Shakty es un concepto complejo el cual podemos equiparar las veces como la Gracia, otras como el Espíritu Santo, otras como el Sagrado Femenino) emana de Él como su contraparte complementaria en la cual Shiva experimenta “ser otro” uniéndose a Shakty en su Amor y Consciencia Divina. Ésta metáfora religioso- simbólica se halla presente en casi todos los mitos teogónicos de todas las culturas, que hablan de una Unión mística del Dios y la Diosa en el momento de la creación, y si gustan saber más sobre esto, les aconsejo la lectura de mi libro “La Gran Diosa” donde se aborda este tema a profundidad.
_ Si analizamos bien el último párrafo, creo que tenemos en esos breves renglones una idea bastante clara de la dimensión tanto erótica como simbólica e interior del Tantra.
_ Los sabios hindúes hablan de la unión perpetua entre el Dios y la Diosa, mientras que los místicos cristianos hablan de una extática unión con su Dios. Esto podemos interpretarlo como la unión del Dios interno, con la del Dios externo.
_ Carl Gustav Jung en un libro en el que analiza el lenguaje simbólico de la Alquimia, y el cual sentó las bases para su teoría de los Arquetipos Universales, describe cómo se da el proceso de evolución espiritual dentro de las prácticas simbólicas del la alquimia en un nivel profundo (interno). Este texto es maravilloso para ejemplificar cómo pudiéramos observar el fenómeno de la proyección de manera que pudiera sernos útil en nuestros procesos de desarrollo espiritual.
_ El Arquetipo del Andrógino Divino se presenta como la máxima meta de la alquimia simbólica. Esto es comparable con reconocer nuestra propia masculinidad y feminidad. Sin embargo, el proceso para alcanzar este estado requiere reconocer la masculinidad y la feminidad tanto de El Adepto, es decir el practicante, y La Sóror, la consorte/pareja/compañera del adepto.
_ Creo que este vasto lenguaje metafórico marca una verdad de dimensiones arquetípicas afines a todas las culturas. Por ejemplo, en el Tantra, durante la unión sexual, no sólo se reconoce a la unión del Shiva (el hombre) y Shakty (la mujer) sino que se reconoce la Unión del Dios y la Diosa que moran en uno mismo, con el Dios y la Diosa que moran en la pareja o consorte sexual. De ahí que no se discrimine la unión homosexual, ya que ambos principios están presentes en todos los individuos, hombres y mujeres y alguno predomina más que el otro, y mediante la unión ambos principios buscaran sus complementarios en los otros dos principios de la pareja o consorte sexual al momento de la unión. La Wicca es muy similar en esto ya que reconoce en la Unión Sagrada, la unión de Lo masculino, con la unión de Lo femenino. Es decir, experimentando la unión del Dios y la Diosa durante el acto sexual, pero con la mágica experiencia de que estos roles pueden ser alternados con la pareja.
_ La sexualidad deja de ser humana, y pasa a ser sagrada cuando reconocemos la Divinidad de nuestra pareja. Sin embargo; alcanza una dimensión altamente espiritual (Divina) cuando extroyectamos hacia nuestra pareja, parte de nuestra propia divinidad. Es decir, cuando vemos o reconocemos nuestra propia divinidad en nuestra pareja y sentimos un profundo anhelo por ella. Comparable con el anhelo que sentimos por la Divinidad.
_ Ahora bien, este principio eroto/místico también se halla presente en la Liturgia Eucarística, sólo que exclusivamente en el plano simbólico (algo que los buddhistas tibetanos podrían llamar una dimensión interior del Tantra).
_ Queda bastante claro que la Eucaristía se centra en reconocer la Divinidad de Jesús. De eso no hay duda. Pero; a un nivel tántrico podemos decir que la Misa/Eucaristía alcanza otra dimensión simbólica si en vez de reconocer únicamente la Divinidad de Jesús en los ritos litúrgicos, reconocemos en Jesús parte de nuestra propia Divinidad (aquí hay que reconocer que sólo una parte, que quizás solo se trate de una “porción” necesaria para poder experimentar esa unión mística, porque si extroyectamos toda nuestra Divinidad y la depositamos en la figura de Jesús, se pierde nuevamente el significado unitivo). Es decir, vemos parte de nuestra propia Divinidad en Jesús. Y en el Sacramento observamos ese momento de unión extática en el que volvemos a ser Uno con Él. Como cuando Shiva decide experimentar su propia Consciencia Divina y deleitarse en sí mismo cuando se une a Shakty. Entonces el acto de Comulgar se convierte un una experiencia simbólico/metafísica extática por sí misma. Porque no me negarán que todo cristiano devoto se acerca al sacramento motivado por un profundo amor/deseo por unirse a Jesús.
_ En otro plano, es como abandonarse, en parte, a la Divinidad, para poder recibir la Gracia en contraparte. Es reconocer a un plano superior, nuestra necesidad de la Divinidad del otro. La cual alcanza plenitud en el acto de Amor que conduce a la Unidad. Ya sea con el amado/amada o con el Amado/Amada.
Sinceramente este simbolismo mixto entre cristianismo espiritual y tantra es hermoso, y sumamente enriquecedor para la práctica espiritual y para el proceso de deificación de uno mismo.
_ El tantra, puede ofrecernos una experiencia muy enriquecedora en el proceso de reconocimiento de nuestra propia Divinidad. En lo particular, puedo decirles que es un proceso hermoso y libertador reconocer nuestra propia identidad Divina. Sin embargo, me gustaría aclarar un punto muy importante.
_ Nuestra espiritualidad (la de San Juan) tiene como base el reencuentro con la Divinidad, pero dentro de uno mismo. Esto no implica que si decimos “soy Dios”, los demás no lo sean. El mensaje de Jesús es claro al respecto: “Ustedes son Dioses”. Jesús en los Evangelios se revela a sí mismo como Dios, más sin embargo en ninguna sola ocasión, se le escucha decir “Yo Soy Dios, pero ustedes no”.
_ La Espiritualidad de San Juan es sólo un método que nos ayuda a encontrarnos con nuestro Yo Divino, y el proceso de Deificación que se persigue, tiene como finalidad alcanzar un peramente estado de consciencia en el cual se reconozca la presencia de la Divinidad en nosotros, en los otros, así como en la creación entera. No como muchos han creído que se trata de un proceso de “evolución” en el que algunos están más “arriba” en una escala jerárquica ascendente, en las que unos son más que los demás, o en la que unos están por encima de los otros. Todos somos Dios sin importar que practiquemos la espiritualidad o no.
_ Agradezco mucho a mi amigo Rubén Maurenzi, quien me ayudo a comprender lo pedante que se estaba volviendo mi discurso al no contemplar que en ningún momento dejé claro este punto.
En la víspera de la Nochebuena me despido de ustedes invitándolos a reconocer el nivel erótico de nuestra Divinidad.
Abundantes bendiciones para ustedes en estas fiestas!!!
Feliz Navidad, Yule, Solisticio, Hanuca.
En Jesús y María Magdalena,
El Dios y la Diosa,
Shiva y Shakty,
El Ying y el Yang,
El Gran Espíritu y Nuestra Señora de las Mesoaméricas.
Pax.
Shalom.
Aloha.
Namasté.
Daniel / Konztantyno / Xóstomo.
Heresiarca††
NOTA: Para mayor información al respecto recomiendo ampliamente los escritos de Su Divina Gracia Ken Maley, y de Robert H. Stucky.
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por nada draco.
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